#Sábado triste
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Otro sábado sin compañía .
#sábado#emociones#citas tristes#pensamientos#escritos#amor#perdida#palabras#amor y dolor#pensamientos rotos
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Sábado 10 de agosto del 2024 (0:34)
Estimada Cata:
Te escribo está carta porque siento que fuiste injusta de acuerdo a una opinión que te di y que por muy errónea que la encontrarás no debías reaccionar de esa manera tan arrogante.
Estábamos hablando de una mina que se mete a la relación de otra porque te gusta su mino. Y yo dije que si tuviera autoestima quizás lo haría, pero realmente no puedo porque por como soy sé que perdería.
Te molestó eso? No lo sé, no leo mentes. Pero por lo escrito, no parabas de decirme que eso es ser una ctmre.
Lindas palabras.
Fue horroroso. Creo que nunca te has enamorado o te ha gustado alguien que lamentablemente tiene pareja. Yo siempre he sabido que es incorrecto, te lo dije, pero estabas tan ciega en tu furia por mi respuesta y de que me pusiera de tu lado que no lo hice porque no pienso igual que tú.
No todos tenemos la misma opinión y por mucho que siempre me adapto a los demás, nadie lo hace por mi.
En esta ocasión opino así, porque lo he visto, hay chicas que se enamoran y hacen lo imposible con tal de tenerlo. Creo que nunca te has enamorado hasta que tu alma y tu locura están fuera de tu cuerpo. El amor es ciego, te hace cometer errores, te hace ser estúpida y narcisista. Así como tú lo fuiste con tu opinión sin respetar la mía y sin siquiera querer escucharme porque eres terca al punto de jamás tomar en cuenta las cosas que te digo.
Estuve enferma estos días cuestionando mi opinión, llegué a dejar de dormir porque quería llevarte la razón, pero no puedo. Pienso diferente, que triste saber que esto no te lo puedo decir porque siento que la confianza se perdió y me has ghosteado y tratado como una chica estúpida.
No me hablas de tus cosas, no se que te pasa y no te pregunto porque no dices mucho. Ni siquiera te preocupo que no tuviera luz en estos días. Ni ánimos me diste.
Debería estar yo enojada contigo por la última salida que tuvimos, pero no soy tan grosera. Sólo me degaste al punto que tuve que dejar las redes sociales. Fue horrible, me sentí tan agotada que mi alma gritaba huir lejos.
En estos momentos, me haces sentir como cuando era niña y las amigas que tenía inventaban enfermedades extrañas para que no me juntara con ellas, hacían cosas horribles donde entraba en depresión por meses y mi mamá no entendía nada el porque no quería salir. Me haces sentir como cuando tenía 15 años y quería ayudar a una amiga con la tarea que yo hice sola porque nunca se puso las pilas. Pero ella quería agregar a otra chica que me caía pésimo a la tarea. Así que la mandé a la cresta y no puse a ninguna de las dos porque era mi trabajo y se quería aprovechar de eso. Oh cuando una amiga en su cumpleaños me dejó sola para irse con sus otras amigas de compras.
Fue horrible, me siento horrible, estúpida y sin sentido.
Siento que soy un problema por algo tan pequeño. Hasta llego a pensar de que está es una excusa o la gota que lleno el vaso para por fin darte motivos de alejarte de mi.
Quería invitarte este fin de semana a mi casa a tomar té y comer completos, pero tú indiferencia me tiene con una tristeza enorme, vacío y traumas del pasado.
Es tan horrible como me haces sentir, siento que soy una basura por pensar así, pero tengo mis motivos. Nunca me he enamorado de alguien con novia, pero nadie está libre de hacer. Hasta el alma más fuerte en temas de decir que no haría algo así, lo hizo. Yo lo ví a una edad temprana y no importa si eran adolescentes. Los adultos también lo hacen.
Suelo ser empática con las tonterías que hacen las personas, me molesta, por supuesto. Pero, también lo respeto. Porque nadie está libre.
La vida da vueltas y hasta tu podrías cometer ese error aunque te niegues. El amor es ciego y la calentura también.
Me molesta está actitud tuya, tan déspota.
Amiga, no sé.
Cada vez que te invito a salir me terminas cagando todo o diciendo que ese lugar es una mierda, es fome, no quieres, me haces cambios que me dejan a mi de lado. Es por eso que siempre espero que tú me invites, según tú, no te gusta salir. Pero de vez en cuando deberías darme un privilegio. Yo te doy muchos, he corrido como estúpida, he caminado cientos de cuadras sólo para que estés cómoda y no te molestes por mi. Te imagino viniendo a mi casa y econtrandola pobre, pequeña y fea. Me caes bien por tu humor, pero siento que esto está tóxico. Ya no me siento bien, está semana que paso me hiciste sentir pésimo. Hace años que una amistad no me ponía tan triste al punto de que mis huesos me dolieran, mi estómago me fallara y sentir ganas de gritar.
Antes solía decir las cosas, pero con los años aprendí que las personas si no te escucharon durante la relación de amistad, menos lo harán durante el termino de esta.
No sé que pasará, me caías bien. Pero tengo pena, dolores, me siento una niña de 10 años rogando por amistad y preguntando todos los días si quieren ser mis amigas o no.
Me estás brotando traumas, me siento sobre explotada tratando de encajar para no quedar sola. Hace años que no quedo sola. Y juro que es horrible, pero me estás haciendo mal, me haces sentir mal y tonta.
Yo te quería mucho porque vivimos amoríos juntas y era divertido en como le poníamos sobrenombre a todo. Me recordabas a mi ex mejor amiga, la Mariana. Tienes hasta su mismo tono de voz, con la diferencia de que tú eres un poco más extrovertida. Ella era introvertida pero si le gustaba salir. Tenía las lucas en esa epoca y yo no. Nuestra amistad murió por celos, mi egocentrismo porque estaba enamorada hasta las patas de muyayo y no podía parar de hablar de él. Fuí irrespetuosa, trate de recuperar su amistad y no lo logré. Me mandó a la mierda.
No me veo rogando a esta edad, en aquellos años aún era adolescente y la extrañaba muchísimo porque vivimos muchas cosas en la vida y tiempo real. Pero la perdí.
Y así es la vida, como se gana también se pierde. Quizás te pierda, pero ya no quiero rogar más con mi humor, apenas me respondes o me envías cosas. Quizás tienes tus problemas, pero yo no lo sé, no soy adivina, no me has contado nada, sólo se que te voló el techo. Y bueno, yo público todo, no tienes que preguntarme nada. Pero de verdad, estoy a un punto en el cual me da miedo hasta hablarte porque me dejaras el visto, sólo has sido seca y cortante para responder. Es doloroso para mí, lo sabes pero no te importa. Te importara me darías más detalles.
Me siento triste hace días y mi mamá me dijo que si no te lo podía decir, que lo escribiera para poder liberar mi dolor y mi pena. Y aquí estoy escribiendo, porque siento que ya no puedo decirte nada. Que me tienes betada por mi opinión de zorra roba hombres. Vi los memes con palos que subiste. Y se que fue intencional.
Nada es por arte de magia.
"con besos llenos de lágrimas de rechazos amistosos..."
–Winter❄️
#1:13#un invierno eterno#un invierno eterno cartas#triste#amistades#decepción#indiferencia#invisible#10/08/24#sábado#carta#ayuda#pena
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Not me casi llorando en el super hoy más temprano de lo caro que está todo
#Quería comprar cositas para hacerle unos panqueques a mi novio el sábado por su cumple#Y no me alcanzó ni para el dulce de leche ni para los huevos :(#rambling#Español#Argentag#Qué triste es sentirse pobre
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bra - lsm
husband!seokmin x wife!reader | fluff | wc: 0.7k
notinha da Sun: ontem eu tava muuuito triste, queria um namoradinho pra chamar de meu, tava ouvindo “ready to love” e tive uma ideinha, um slice of life curtinho, porque eu queria muito pular pra parte da minha vida em que sou financeiramente estável e tenho um marido obcecado por mim, penso nisso com frequência KKKKK Enfim, espero que vocês gostem!
— Não dirige ainda — você disse para Seokmin, impedindo-o de girar a chave do carro. Estava cansada, exausta, com grandes olheiras decorando seus olhos como se fosse um verdadeiro panda fofinho. Ele entrelaçou os dedos nos seus ao perceber que você não tiraria a mão da dele, continuaria a impedi-lo de ligar o carro. Sua cabeça repousava no ombro dele, os olhos fechados, quase dormindo.
— Me avisa se for babar, amor — ele brincou, e você só conseguiu soltar um “hum hum” sem muita energia. Seokmin tirou seu rosto de seu ombro e te olhou. Você estava com tanta preguiça que mal conseguia abrir os olhos, sentindo as pálpebras pesadas. Deitou a bochecha na mão esquerda dele, inclinando-a levemente para o lado, esfregando-a ali como um gatinho prestes a ronronar. — Você anda muito cansada pro meu gosto.
— É, eu sei. Talvez minha glândula tireoide não esteja produzindo T3 e T4 direito. Tive um paciente com hipotireoidismo hoje e me senti super representada — você explicou, finalmente abrindo os olhos para contemplá-lo. Amava ser esposa de Seokmin. Fazia apenas duas semanas, mas estar casada com ele era como viver uma festa do pijama sem fim com seu melhor amigo e primeiro namorado. Não por coincidência, ele era ambos para você.
— Foi aquele buldogue de novo? — Você assentiu com a cabeça, erguendo a mão para arrumar os cabelos ligeiramente despenteados dele. Ele provavelmente havia tirado aquela manhã de sábado para dormir um pouco, embora vocês tivessem conversado ao telefone no seu intervalo às 3 da manhã na clínica veterinária onde você trabalhava diariamente.
— Tô meio enjoada também. Você sabe que eu detesto café da manhã, mas agora nem suporto o cheiro de pão pela manhã — você reclamou, querendo muito subir no colo dele para se aninhar num abraço aconchegante, quentinho, apertado, com direito a beijinhos na testa e no topo da cabeça. Seokmin fez você abrir os olhos de novo de repente, ao colocar a mão sobre seu seio, cobrindo-o completamente. — Tá... Tá bancando o tarado por quê?
— Eles estão maiores — você olhou para baixo, colocou sua própria mão sobre a dele e apalpou o seio por costume.
— Não estão não.
— Quem é que coloca eles na boca? Estão sim — você sorriu, beijando-o suavemente nos lábios. Ele segurou seu rosto, mantendo-o próximo, e o hálito fresco dele invadiu suas narinas. Você sorriu, ainda grogue de sono. — Você sabe o que tô insinuando, né, linda?
— Na verdade, estou avaliando a possibilidade de estar anêmica — Seokmin cutucou levemente sua testa, tentando te fazer despertar um pouco. Você estreitou os olhos, massageando as têmporas, embora mal tivesse sentido o toque dele. Um sorriso começou a se formar em seus lábios.
— Você pode estar... — Ele levou a mão até sua barriga, mais especificamente ao ventre, enfiando-a sob sua camisa para sentir a pele quente com a palma levemente fria dele, o que te arrepiou suavemente.
Você finalmente entendeu o que ele queria dizer, sem que fosse necessário que ele explicasse mais uma vez.
— Ei, ei, eu definitivamente não estou grávida — Mas a possibilidade de estar fez você imaginar, quase sonhando de tão cansada, um menininho com um sorriso brilhante, misturando traços seus e de Seokmin, te implorando para adotar um roedor enquanto você atendia o próximo cliente da tarde numa clínica veterinária só sua. — Meu Deus, eu posso estar grávida.
Você cobriu a boca com a mão e sorriu por trás dela. Seokmin afastou sua mão e te beijou de novo, finalizando com uma sequência quase infinita de beijinhos, que te davam energia e te faziam perder o fôlego pelas risadinhas que ele provocava em você.
— Mas pode ser um diagnóstico errado, eu sou a doutora aqui, não você — você disse, puxando-o o máximo que a divisão do câmbio permitia. Seokmin enfiou a mão sob sua camiseta, acariciando suavemente sua barriga, mas subiu até seu seio esquerdo, coberto apenas pela fina camada do sutiã que você usava.
— Tá duvidando de quanto eu conheço essa parte sua, em especial? — Ele te olhou com uma expressão divertida e investigativa, e você sorriu. Ele te conhecia por completo, desde a ponta dos dedos dos pés até seus pensamentos mais profundos. Você balançou a cabeça em negação enquanto ele apertava seu seio, provocando.
— Eu não ousaria, marido.
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"Tão delicada, tão bela.. te foderia aqui mesmo"
Sinopse: Quando uma academia resolve disponibilizar uma parte do local para um studio de ballet, Símon começa a se interessar por algo além de ser exercícios.
Warnings: +18, sexo desprotegido, oral, palavrões e palavras de baixo calão.
Era uma sexta-feira a noite. A academia não estava tão cheia, mas os bares perto dela...
Enquanto Símon terminava seu treino de peitoral viu algumas garotas passando pela porta de vidro da academia e subirem as escadas.
Ao menos umas sete garotas devem ter passado mas uma delas chamou a atenção dele. A última, mesmo usando uma camiseta toda preta larga e um shorts minúsculo (que foi o bastante para fazê-lo imaginar algumas coisas), estava com o cabelo impecável. Preso em cima com um lacinho na parte de trás do cabelo.
Cerca de 15 minutos depois que ele as viu foi possível ouvir a música que elas dançavam. Era uma batida calma, leve e extremamente relaxante. Símon ficou apenas imaginando como seria aquela bailarina dançado aquela música. Como seria seu corpo se movimentando lentamente acompanhando aquela batida.
Quase duas horas depois as mesma meninas foram vistas por ele descendo a escada.
Ele que tinha saído do banho, e apenas conversava com seu personal trainer ficou triste ao imaginar que tinha perdido a hora que aquela bailarina saiu.
Porém, aquela tristeza não durou muito já que em pouco tempo ele viu ela se despedindo das amigas e entrando na academia timidamente.
"Oi" Disse para o rapaz que ficava no balcão
"Oi (seu apelido), tá bem?" O jovem respondeu tirando os olhos do computador e olhando para ela com um sorriso amigável.
"Tudo sim, então, a gente tá com um problema" Ela usava as mãos para ajudar a explicar, o que Símon achou adorável, acompanhando suas maozinhas se movimentarem enquanto falava "...aí eu preciso que alguém me ajude com aquelas caixas, ce pode Luiz?"
Antes que o rapaz pudesse responder Símon levantou a mão e se ofereceu.
"Pode deixar que eu ajudo" Com um sorriso ele se despediu do personal e chegou perto dela "Sou o Símon" Estendeu a mão
"(seu nome)" Apertou a mão dele e sorriu
Os dois seguiram para o studio de dança que ficava na parte de cima da academia.
Assim que Hempe chegou notou a diferença dos lugares. Enquanto na academia era tudo tão iluminado, tudo alto e extremo, aquele studio era delicado, a luz simples e a decoração delicada. Combinava com você, sua saia rosa bebê e seu top de mesma cor...
"Símon?" Chamou ele tentando tirar ele daquele pequeno transe
"Oi? Desculpa, é só que aqui é muito bonito"
"Ah obrigada. Eu e as meninas que decoramos" Disse indo perto das caixas que eram o problema "Só falta tirar essas caixas que são o problema"
Quando você se agachou para pegar um pano jogado no chão foi quando Símon começou a perder a consciência. Por ser algo que estava atrás das caixas acabou jogando o corpo para frente, e praticamente ficando de quatro.
O pequeno gemido que você soltou depois de se esticar para pegar o pano foi outra coisa que tirou o rapaz de si.
"Ce pode me ajudar a tirar as caixas e levar la pra baixo?"
"Posso nena, claro"
Enquanto você tirava algumas coisas das caixas Símon as levava para o depósito na parte de baixo da academia. Devem ter sido umas 6 ou 8.
Assim que o trabalho foi terminado Hempe se sentou no chão do studio e suspirou forte.
"Obrigada viu, de verdade" Trouxe uma garrafa d'água gelada e entregou para ele.
E novamente, o rapaz estava de olho em você. Não havia percebido, mas o top tinha um pequeno decote, e sua meia calça nem estava mais sendo usada, apenas sua saia.
Sentou-se ao lado dele e esticou bem as perninhas.
"Então, treina aqui todo dia?" Ele perguntou no intuito de iniciar um papo
"Quase todo dia, menos sábado, domingo e algumas segundas-feira, mas se tem apresentação aí é todo dia" Sorrindo você o respondeu.
Ah Símon se soubesse o quanto aquela bailarina já havia olhado os seus datalhes. A camisa do River que você usa não escondiam os músculos dos seus braços, e nem o shorts escondia as coxas grossas. E os gemidos que soltava pegado as caixas...
"E você, treina sempre Símon?"
Riu de lado e passou a mão no cabelo. A cada segundo que passava Símon sentia o pau dele ficar mais duro, e a vontade de te beijar crescia mais ainda.
"Sempre que posso, trabalho as vezes é meio corrido"
"Ah sim, eu sei bem como é. Você é ator não é?"
"Sou sim"
Continuaram a conversa. Sem perceber iam cada vez chegando mais perto um do outro.
Quando estavam perto o bastante Símon botou a mão na coxa dela, e apertou levemente.
"Sabe, eu ia amar ver você dançar. Só ballet que você faz nena?"
A respiração prendeu no pulmão da garota. Os olhos de Símon era tão penetrantes, tão bonitos, e aquela correntinha no pescoço dele... imaginava como seria ela batendo em sua cara.
"Ballet, as vezes jazz ou pole dance"
"Ahh pole dance, interessante interessante" Já estavam a quase duas horas naquele joguinho, Hempe não aguentava mais, ou te fodia naquele chão ou nunca mais teria paz dentro dele "Sabe, você é tão bonitinha, essas roupinha combina com você e esse seu jeitinho"
Ela sorriu sem graça e começou a mexer os dedinhos desviando o olhar dele.
"Obrigada Símon"
"De nada princesa" O rosto dos dois estava tão próximo que era capaz um senti a respiração do outro, até ouvir.
"Você também é muito bonito sabe"
"A é?"
Foi a última coisa que ele disse antes de beijar ela. Um beijo tao calmo e delicado, era como se ele temesse quebrar ela se fosse rápido. Lentamente e com toda a delicadeza do muito a colocou no seu colo e começou a beijar o pescoço.
"Olha como você me deixou" Pegou a cintura dela e firmou em seu colo "Tao duro nena, tô louco pra meter em você"
Apenas sentindo o pau dele e ouvindo aquelas palavras, a bailarina gemia. Para Hempe, era o gemido mais lindo que ja havia escutado. Doce, suave e tão gostoso.
As mãos da garota apertavam as costas dele. Tudo que queria sentir era o rapaz a apertando mais e mais.
Os dois voltaram a se beijar, e enquanto isso acontecia Simon desamarrava a corda do top dela e tirou ele com pressa. A garota como resposta tirou a camiseta dele e começou a querer levantar do colo do mesmo, para poder tirar a calça e a cueca.
"Tão bela, tão delicidade, eu te foderia aqui mesmo nesse chão... melhor! eu vou te foder! Ok?"
Ela apenas fez que sim com a cabeça.
Logo Símon estava nu, e (seu nome) usava apenas a bela saia rosa dela.
Ele pegou sua camiseta e o top dela, embolando os dois fazendo uma espécie de travesseiro. Por sorte os dois estavam em uma parte onde tinha alguns tatames, deixando o local um pouco mais confortável.
Assim que ela se deitou Simon abriu lentamente as pernas dela. Sua bucetinha estava tão molhada, apenas pelos apertos e beijinhos de Símon, e é claro, a sensação do pau dele quando estava no colo do mesmo.
Ele começou a dar beijos em suas coxas. Apertava, lambia e repetia tudo.
"Por favor..." Ouviu a bailarina pedir tão baixo, que até se perguntou se ela havia mesmo dito algo.
Como a vontade existia nele também finalmente começou a chupa-la. Era como se Símon tivesse virado uma besta enjaulada. A chupava com tanta necessidade que a garota viu ser preciso segurar ele pelo cabelo para controlar os movimentos.
Segurava a cintura dela deixando marcas, e cada vez que ela gemia, sentia mais necessidade ainda em chupar ela.
"Goza pra mim vai nena, deixa eu sentir você gozar na minha boca" Disse dando um tapa leve na buceta dela e logo enfiando dois dedos.
A garota arranhava a própria barriga e mordia o lábio tentando prender os gemidos. Jamais havia sentido aquele prazer, estava tão perto de gozar...
Símon mantia um bom ritmo. A lingua se mexia certinho pelo clitóris dela, as vezes o chupava levemente e ao mesmo tempo mexia os dedos dentro dela, atingindo bem aquele ponto.
Quando ela finalmente gozou foi como se ELE tivesse chegando ao céu. Apertou os pulsos dele com as duas mãos, deu um gemido alto gritando o nome dele e apertando as coxas prendendo-o naquele posição (o que ele não reclamou me um pouco). Logo o soltou e sorriu olhando para o ele que parecia ter acabado de ganhar na loteria, por conta do sorriso que tinha.
"Eu tô sem camisinha..."
"Ta tudo bem... se você quiser pode terminar na minha boca" A voz dela era tão doce que aquilo não parecia ser uma das coisas mais sujas que Símon ja havia escutado, mas não iria contra ao que ela disse.
Passou a mão pela buceta dela molhando um pouco os próprios dedos, e passou pelo pau dele se masturbando. Quando sentiu que já estava bom se abaixou e beijo os lábios dela novamente. Terminou com uma mordida leve e penetrou ela de uma vez só.
A garota teve um gemido agudo saindo de sua garganta, firmou as unhas nas costas dele e prendeu a cintura dele a dela, colocando a perna esquerda sobre ele.
Hempe começou a movimentação com estocadas fortes e rápidas. Precisava daquilo, sentia a buceta dela o apertando, gozar naquela mulher, fosse dentro dela ou em sua boca.
"Isso, que bucetinha gostosa nena" Disse segurando o rosto dela a fazendo encará-lo "Gostosa pra caralho" Deu um tapa na coxa da mesma e aumentou a força das estocadas.
Enquanto ela gemia pedindo por mais, dizendo que queria sentir ele gozar nela, Símon apenas gemia perdido no prazer. Olhou para o lado e percebeu que estava a fodendo de frente para o espelho. Aquilo, por algum motivo, aumento o tesão do homem. Conseguia ver seus corpos unidos, a cara da bailarina enquanto gemia de prazer e mordia o próprio lábio.
"Eu vou...vou gozar" Ele disse voltando a olhar para ela.
Mesmo que não quisesse Símon parou de meter na garota e tirou seu pau da buceta dela. Rapidamente, com um puxão deixou ela de joelhos e ficou de pé. Ela abriu a boca e sentiu o pau dele dentro de sua boca.
Hempe agora fodia a boca dela, como estava fodendo a buceta da mesma. Os barulhos dela esgasgando, do pau dele chegando no fundo da garganta dela, e os olhinhos lacrimejando foram o bastante para fazer ele gozar.
Gemeu e apertou forte os cabelos dela.
Quando terminou tudo a viu engolir sua porra e limpar as lágrimas que desciam por suas bochechas agora vermelhinhas.
"Machuquei você?" Perguntou se ajoalhando a frente dela e ajudando a secar as lágrimas.
"Não, ta tudo bem"
Os dois sorriram quando se olharam. (Seu nome) deu um doce beijo na bochecha de Simon e sorriu.
"Você vai treinar amanhã?" Ele questinou olhando docemente para ela
"Não, por que?"
"Vamo sair, a gente vai pra algum lugar e depois vamo la pra casa. Que tal?"
"Por mim perfeito"
Os dois se beijaram mais uma vez e logo foram colocar suas roupas. A garota passou no banheiro rapidinho para escovar os dentes e então os dois desceram juntos as escadas do studio. Passaram seus números um para o outro e se despediram.
"Até mais Símon Hempe" Ela disse dando um último selinho nele
"Até nena"
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TÓPICO SENSÍVEL VIII
Felipe Otaño x leitora
Isso aqui é pura bobeira manhosa de Pipe pai bobão apaixonado na leitora. Pipe chamando o neném de brotinho vsf 😢😢😢. O nome do little guri é Diego por causa daquele cara lá sabe? Aquele que fez um gol de mão e ainda saiu erguendo a taça da copa do mundo de 86 [só não fico com tanto ódio pq foi contra a Inglaterra e se a Inglaterra tá se triste eu tô alegre], Diego Maradona. Quero só colocar em pauta que eu tô levemente obcecada na ideia do Pipe pai bobão ok?? So big chances de ter mais cenários desse no perfil da Alexia no tumblr
— Os olhos ainda estavam pesados, lutando para se abrirem enquanto você chamava ele.
— "Acorda, Felipe." — E naquela vez você observou as íris azuis com as pupilas dilatadas, olhavam seu rosto e principalmente seus lábios, que tinham um sorriso se formando pontualmente. Não tardou em fazer um biquinho com a boca rosada, esperando que você deixasse o beijo mentolado de sempre. Com o sorriso dando lugar para o biquinho, finalmente selou seus lábios com os de Otaño, sentindo a maciez e o hálito até agradável. Interromperam abruptamente ao ouvir o pequeno Diego dar seu primeiro choro no berço ao lado da cama de vocês.
— "Eu vou! Faz um café? Vou dar um banho nele e já desço." — Deixou um último selar nos seus lábios antes de sorrir e correr até o menino no berço branco. Você apenas riu enquanto vestia o roupão amarelo e caminhava até a cozinha. Foram cerca de quinze minutos até você ouvir os passos largos e as palavras tolas que Felipe dizia. O cheiro do café recém passado tomava totalmente as narinas dele, fazendo-o sorrir quando te viu colocando algumas colheres de açúcar no bule.
— "Vem, banguela." — Seu tom de voz era carinhoso enquanto levantava os braços para Diego e o pegava em seu colo. Felipe riu com o apelido enquanto se aproximava do bule, pegando duas xícaras no armário e enchendo-as com o café.
— "Se você continuar chamando ele assim daqui a pouco ele acha que é o nome dele." — Você riu alto com as palavras do argentino, erguendo uma das mãos para pegar a xícara que ele te entregava.
— "Capaz! Você faz questão dele saber que o nome dele é o do SEGUNDO maior jogador do mundo." — Felipe te olhou indignado enquanto você levava a xícara aos lábios e observava o pequeno te encarando. Diego era provavelmente a criança mais linda do mundo, os olhos azuis e as bochechas coradas como as de Felipe, a pele levemente bronzeada, o nariz e os lábios eram totalmente seus.
— "Hoje tem River, vou pegar a toquinha dele." — Felipe disse bobo enquanto corria para o quarto do pequeno. Segundo ele, a touca dava sorte ao clube argentino, sempre fazia você rir apesar de também acreditar que quando o pequeno usava o parzinho de meias do Flamengo dava sorte aos jogadores.
— A manhã de sábado foi preguiçosa, Felipe, você e o neném ficaram sentados na grama do quintal, brincavam com o pequeno e riam das bobeiras que diziam. Na tarde, logo após o almoço, o jogo iniciaria. Da cozinha podia observar atentamente a cena que, pela graça de todo e qualquer santo, tinha a sorte de ter todos os dias. Felipe cantava o hino do River Plate para o pequeno Diego enquanto estava em pé, na frente da televisão, minutos antes do jogo começar.
— "Quando você ficar maiorzão, papai vai te levar no estádio p'ra você ver bem de pertinho, brotinho." — O pequeno garoto vestia um body do River plate alem da touquinha - também do River -, sorria com a boquinha banguela enquanto Pipe o encarava, se sentando no sofá e então voltando o olhar para a televisão, mas não sem antes colocar o bebê sentadinho sobre seu colo.
— "Felipe! Não grita perto dele!" — sua voz era alta para que o argentino pudesse te ouvir. Terminando a pipoca, não tardou em caminhar para o sofá onde Felipe e Diego estavam. O garotinho não evitou o sorriso sem dentes quando olhou para você. — "Cê sabe que ele torce pro mengão né?" — Otaño abraçou o pequeno com força enquanto te olhava em descrença.
— "Jamais! Mas se ele torcer vou amar ele, igual eu amo você." — Seu rosto ficou quente. Tudo com Felipe foi tão bom, mesmo que você ainda tivesse medo depois do relacionamento conturbado que teve com outro homem, Felipe sempre foi extremamente paciente com cada um de seus obstáculos, sempre fazendo questão que você soubesse que ele estaria ali te ajudando a passar por todos eles. Quando a notícia de que haveria mais um Otaño na família chegou, Felipe se tornou o homem mais feliz do mundo. Passou os nove meses da gravidez com você, acompanhando cada passo que você dava e saciando todos os desejos estranhos que você tinha. No dia do parto, Felipe se sentou ao seu lado e deixou que você apertasse a mão dele o quando precisasse, e mesmo que a quebrasse você poderia continuar esmagando os ossos dele. Pipe engoliu um gritinho fino quando a bola passou pelo goleiro rival e tocou as redes do gol, olhou para o pequeno em seu colo e viu o sorriso largo do menino na boquinha avermelhada dele. — "Olha a carinha dele, é óbvio que ele torce pro River, nena." — Você riu enquanto levava uma pipoca até a boca, observando o pequeno menino rindo bobo com o pai. Felipe abraçava ele e deixava beijinhos por toda a barriguinha macia de Diego, fazendo o menino rir alto, esbanjando a boquinha banguela com bafinho de leite.
— "Fe..." — O argentino te olhou quase que imediatamente, o apelido usado somente por você sempre chamava a atenção dele. — "Obrigada por tudo." — Ele estranhou a forma como você disse, se assustando e logo colocando o pequeno sentado em seu colo de novo.
— "Que isso, amor? Não pensa em fazer besteira não. 'Tá tudo bem?" — Você gargalhou com a preocupação de Felipe, que agora te olhava com mais dúvida ainda.
— "Pelo amor de Deus, vida. Só 'tô te agradecendo por tudo que você fez e faz por mim. Nunca pensei que eu pudesse ser tão feliz." — Os olhos dele marejaram e as bochechas ficaram vermelhas como dois grandes tomates maduros.
— "Oh mi amor, eu sempre vou fazer tudo que eu puder e o que eu não puder pra te ver feliz. Você me deu tudo que mais queria e até mais." — Vocês se aconchegaram um no outro com o pequeno Diego - já sonolento- entre vocês. Tudo o que vocês queriam estava ali. Uma brisa calma de verão, um sofá confortável, uma tijela de pipoca, um amor e um amor banguela.
#alexia is typing😍🌟💥#lsdln cast#la sociedad de la nieve#brasil#the society of the snow#felipe otaño fluff#felipe otaño x you#felipe otaño x reader#felipe otaño#pipe otaño x you#pipe otaño x reader#pipe otaño#Felipe o maior pai bobão da history
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oii (na intenção de vc não lembrar que ameacei bloquear sua conta a 5 min atrás e te xinguei mt no chat) vc poderia escrever matias pipe e simon c uma lobinha q esta sofrendo escrevendo o tcc dela.....
não que eu esteja passando por isso e queira um conforto nem q seja na base da pirocada.......
nada a ver 😛
xuxuuuuuuu 🥰 (fingindo que não ameacei de me matar na sua frente depois de kuku cheirador e literalmente te intimei pra fazer uma parte dois desta 💥PORRA que acabou com. a minha vida. 🖕🏻
primeiramente eu gostaria de falar sobre pipe otaño da silva jr. pq irmãs. eu tenho pra mim que ele seria o mais útil nesse cenário! baseado apenas nas vozes da minha cabeça e ☝🏻 no fato dele cozinhar, então aqui na residência camila creads já é canon que ele levaria coisinhas pra você comer quando tá concentradinha, de um prato de strogonoff com arrozinho e batatinha palha até umas uvinhas lavadinhas e geladinhas (e ele não levaria na sua mesa toda hora pra não te distrair, só quando você já tá há muito tempo sem comer) agora vamos para a putaria pq se eu falar de pipe otaño namoradinho mais um pouco eu fico triste☝🏻 aff gente na boa 😔 eu sinto que ele faria de tudo pra controlar o tesao, pq imagina depois de um dia inteiro se estressando por causa de trabalho tcc coisas estressantes!! vir um homem tipo ehhh😛mama aki por favor (se bem que se fosse ele. kkk quem reclamaria neah) então!!! ele deixaria você dar uns sinais que tá cansadinha e precisa daquele tipo de distração. imagino muito ele no sofá vendo alguma coisa a noite (pq ele não quis ir dormir sozinho na cama pq ainda não terminou de escrever um capítulo do tcc😔✊🏻) e você saindo com o corpo molinho do quarto, manhosinha que nem uma gatinha indo se esfregar nele toda tipo 😔😔😔😔estoy cansada jefe. ele só perguntaria “quer um carinho, hm amorcito?” bemm sugestivo mas ao mesmo carinhoso sabe… (que tesao😔) e começaria a beijar seu pescoço, mexendo com o elastiquinho do seu short de pijama e lamberia os próprios dedos caso você não estivesse molhada ainda, e te dedaria ali mesmo, fazendo círculos devagarinhos no seu clitóris enquanto fala o quanto tava com saudade de sentir sua bucetinha gostosa apertar os dedos dele, e seria bemmm soft dom, mas tão soft que não sei nem se chegaria a ser dom, com muito praise e apelidos carinhosos e falando pra você gozar nos dedos dele antes dele te chupar, que tá com muuuita vontade de te deixar bem relaxada a noite toda
já simon hempe . afffssss oooooohhhh eu pensei aqui em uma coisa e preciso falar gente. o jeito dele de te relaxar seria 1000% te deixar BURRA de pica. tipo de vdd mesmo. num cenário que vocês moram separados, e que você tá escrevendo essa 💥porra💥 num sábado à noite e ele acha isso INTANKAVEL de vdd. então ele te liga e fala que nem quer saber, que tá indo te buscar agora e pra você arrumar suas coisas pra dormir na casa dele e até se quiser pra continuar escrevendo amanhã de manhã, mas hoje você vai parar pq tem que relaxar urgentemente. e dito e feito vey, nossa pensa. PENSA. entrando no carro desse homem toda fudida cansada xoxa capenga anêmica depois de um dia SUPER cansativo vendo esse 💥💥🖕🏻GOSTOSO💥 todo cheiroso no banco do motorista. de vdd tô muito triste pensando aki nos meus dias de pré vestibular e. oh gente se a gente pudesse AH SE A GENTE PUDESSE. mas enfim neah 🎤 quando chega na casa dele, ele até arrumou a sala toda bonitinha pra vocês resenharem um pouco, mas ele já chega beijando seu pescoço por trás e fala pra você tomar um banho bem gostoso que ele vai estar te esperando. e depois de um 🎀🌸🚿💞banho revigorante yass mamas🎀🚿🌸💞 você chega no quarto dele com o cabelinho molhado e usando um roupão, em pé entre as pernas dele que tá sentado na cama, ele vai desfazendo devagarinho o nó do roupão e pede dengosinho enquanto beija a pele do seu quadril agora exposta “deixa eu fazer você relaxar, hm mami?” (😔🔫live reaction) e depois disso k OLD né monas, vai te chupar devagarinho, te fazer gozar no mínimo duas vezes enquanto fala o quanto você merece isso, te chamando de gostosa, deusa, tudo que tem direito enquanto tá ó 👅🐱💧🤟🏻👋🏻👋🏻💦 com os braços ao redor das suas coxas, fazendo questão de fazer gemer contra a sua bucetinha e esfregar a língua bem molinha pra fazer os barulhinhos molhados que vocês dois tanto amam, mas uma coisa que eu pensei aki meo. ele dando batidinhas no seu clitóris depois do seu segundo orgasmo pedindo “mais um pra mim mami, hm? deixa eu te chupar só mais um pouquinho essa bucetinha gostosa” e depois vai te fuder em mamãe e papai enquanto te beija e te enforca de levinho, falando praise em um tom de . 💥falsa simpatia. pq tipo ele realmente tá com dó de você estar se esforçando tanto nesse tcc mas porran ele ama tanto te ver toda burrinha debaixo dele, que não aguenta te provocar nem que seja um pouquinho sabe? “awn, tadinha da minha princesa… fica o dia todo se esforçando tanto… as vezes só precisa ser fudida até ficar burrinha de tanto gozar, não é mami?” SIM ESTOU GOING CRAZY COM O MAMI TONIGHT 😛😛😛😛💦💦💦GO CRAZY LALALALA 🤟🏻🤟🏻🤟🏻🤟🏻GO ⚠️⚠️⚠️⚠️STUPID
kk . aaiiiii matias recalt. literalmente o maior chupador de xoxotas no mundo genteh desculpa NÃO CONSIGO NÃO FALAR DISSO. e ele vai ser o único que vai te atrapalhar um pouquinho tá? chegando atrás da sua cadeira e beijando seu pescoço falando “hmmmmm só uns 5 minutinhos comigo bebita, vai… descansa um pouquinho…” e quando você ficar porra matias 🙄🙄🙄🙄🖕🏻 (morrendo de tesao) tenho que fazer essa porra vey sai daqui capeta ele🍾🍾🍾🍾🍾NÃO vai sair. vai simplesmente se ajoelhar no meio das suas pernas, dando mordidinhas no seu joelho com a maior cara de atentado e lambendo e chupando sua coxa enquanto você tenta ignorar mas. infelizmente (OOOH YEAAAHHH 🤟🏻🤟🏻🤟🏻🤟🏻) ele começa a beijar sua buceta por cima do shortinho de pijama, sorrindo ainda mais quando vê você ficar ofegante, e vai pedir “daaale, sólo un poquito…” e vai sentir como se tivesse ganhado na loteria quando você finalmente levanta os quadris pra ele tirar seu shortinho, e o FILHO DA 💥💥💥PUTA não vai nem tirar sua calcinha de cara, continua beijando sua buceta por cima do tecido, afastando pra ver a mancha molhada que se formou e afastando o tecido pra passar dois dedinhos por lá e enfiar eles no seu buraquinho, atento a sua reação. e como ele TIROU a sua paciência, quando ele tira a sua calcinha vai deixar completamente você agarrar o cabelo dele e meio que 😛esfregar a boca dele ali sabe awwwwwnnssss e ele com a língua molinha e chupando de vez em quando e GEMENDO contra pra que você saiba que ele tá amando ser usado desse jeito. ah, e ele também vai continuar tirando você do sério com o objetivo final de você sentar nele na força do ódio, pq ele ama isso e quer muito levar uns tapas na cara e uns puxões de cabelo da namorada gostosa dele 🥺🥺🥺 mas durante ele vai ser um filho da puta e até te provocar como se não estivesse isso🤏🏻aqui de gozar, “tá estressadinha não é, bebita? calma… esse pau aqui é só seu…” e vai receber o troco só quando você parar de sentar e só voltar devagarinho quando ele tava prestes a gozar, e vai ter que pedir por favor várias vezes com os olhinhos lacrimejados
omg me empolguei muito com esse 😵 mas literalmente não ligo fuck them kids SUCUMBA lunitts jr da silva 🖕🏻
#cblurbs 🌟#simon hempe#simon hempe smut#simon hempe x reader#felipe otaño smut#felipe otaño#matias recalt#matias recalt smut
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Teenage Dreams
Oii xuxus, como vão? Essa é minha primeira vez escrevendo para cá então ainda não sei como que funciona, espero que gostem!!
Esse imagine foi totalmente inspirado em um sonho que tive com o Enzo onde éramos um casal fofo e boiolinha de cidade de interior 🥹
Quero muito agradecer também a diva maravilhosa perfeita @ellebarnes90 que me incentivou a tornar esse meu sonho em “realidade” e por me ajudar no processo de criar ele, TE AMO MEU AMOR ❤️
Avisos: um pequeno smut, muita fofura, Enzo sendo o rei da coitadolândia, best friends to lovers.
♡
Ana e Enzo se conheceram praticamente no berço, nasceram apenas com poucos meses de diferença e cresceram juntos morando em casas vizinhas, sempre passando suas tardes brincando na rua, tocando as campainhas dos vizinhos e depois saindo correndo e fazendo as tarefas da escola juntos, com a garota sempre o ajudando em todas elas.
Os familiares e amigos deles garantiam que eles dois nasceram para ficarem juntos, ideia essa que Ana repudiava sempre que ouvia “eu? ficar com esse feioso narigudo? jamais!”, ja Enzo sempre sorria bobo quando a mais nova era mencionada em qualquer conversa, ele sabia que era com ela que ele queria casar, mesmo tendo apenas seus 7 longos anos de vida.
Os anos se passavam e amizade dos dois apenas se fortalecia, não se desgrudavam para nada e sempre compartilhavam os segredos. Enzo nunca esqueceu do quão triste ele chegou em casa quando descobriu que Ana estava apaixonada por um outro menino, chorou a noite inteira quando achou que ela havia dado seu primeiro beijo, e não entendeu a graça quando no outro dia ela disse que foi brincadeira.
“Só não entendo por que você ficou tão chateadinho, que foi, ficou com ciúmes?” Ana o provocava, sempre o deixando vermelho de vergonha “tá maluca? Não teria ciúmes de você nem aqui nem na China… mas também não precisava ficar falando dessas coisas, quando beijar de verdade espero que eu seja a última pessoa a saber”.
Acontece que Enzo foi a primeira pessoa a saber quando Ana deu seu primeiro beijo, quando ambos tinham 15 anos, afinal, ele que a beijou.
Era uma tarde de sábado extremamente calma, como todos os dias eram naquela cidade pequena de interior, Enzo chamou Ana prestes um passeio de bicicleta pela cidade e enquanto pedalavam juntos, o mais velho decide subir com ela até o mirante, onde se tinha a visão do município inteiro. Durante a subida da colina, o Vogrincic ainda pedalava tranquilamente enquanto a melhor amiga empurrava a sua bicicleta praticamente se arrastando de cansaço.
“Que ideia de girico foi essa, minhas pernas não aguentam mais!” Enzo ria da mais nova, que exibia seu dedo do meio com uma expressão de ódio mortal em sua face “Aguenta mais um pouco, nena, já estamos quase lá” foi o que ele disse, recebendo apenas um “bocó” como resposta.
O mirante não possuía muitos atrativos, mas era considerado o ponto turístico principal da cidade que mal possuía território, os dois amigos se sentaram no banco de madeira e enquanto observavam o pôr do sol, dividiam um pote de pipoca que Ana havia levado.
“Lembra… do dia que você mentiu pra mim dizendo que tinha beijado aquele meu amigo? O Pipe?” Começou Enzo, quebrando o silêncio confortável que os pairava. “Sim, você ficou tão bravinho que eu tive até dó” riu Ana.
“Então, eu meio que passei a noite inteira chorando” Ana não se controla e ri ainda mais “Ownt é sério? Que fofinho” ela aperta a bochecha dele fazendo vozinha de bebê, Enzo delicadamente tira a mão dela de seu rosto e a segura, acariciando o dorso “mas por que tá falando isso do nada?”.
“Por que eu queria ser seu primeiro, Ana, e saber que eu não pude fazer isso mesmo depois de descobrir que era mentira me fez enlouquecer com a chance de eu nunca ter o que eu sempre quis” A declaração do garoto saiu como uma bala de canhão de sua boca, atingindo em cheio a garota que apenas ouvia, atônita.
Não houve muito tempo de raciocino de Enzo para que ele desse de conta que Ana tinha seus lábios grudados nos dele, foi um beijo calmo, sem língua, apenas o toque macio e puro de um primeiro beijo.
Após o fatídico dia, começaram a namorar, para eles foi como se nada houvesse mudado (só que agora são melhores amigos que se beijam, claro), mas para a familia e os amigos próximos foi como um suspiro de alívio de que finalmente os pombinhos pararam de fazer cu doce e expuseram o que sentiam.
Eram o casal mais apaixonado do momento, sempre estavam juntos quando podiam, na escola ou na casa um do outro, sempre sabiam o que cada um estava sentindo e principalmente quando cada um estava mal com algo. Enzo já não contava mais as vezes de quando ia procurar por sua namorada na biblioteca municipal pois sabia que era para la onde ela fugia quando algo de ruim acontecia em sua casa, saindo de la com ela carregando todos os livros que ela desejasse. Eles também amavam apenas sentir a companhia um do outro, quando Ana sentava no banco da praça e Enzo deitava em seu colo, sentindo o melhor cafuné do mundo em seus cabelos.
Foi apenas no aniversário de quatro anos de namoro que Enzo esteve dentro de Ana pela primeira vez, sentir as paredes de sua intimidade apertarem com força seu membro o fazendo ter certeza de que ele a amava, ouvir aquela voz tão linda gemendo seu nome repetidamente enquanto cravava as unhas em seu ombro, a preencher inteira com seu gozo e estar tão cansado a ponto de conseguir apenas agradecer a ela e a qualquer divindade existente nesse universo por ela ser dele, e só dele, para sempre.
Texto não revisado!
#enzo vogrincic#la sociedad de la nieve#lsdln cast#lsdln imagine#enzo vogrincic imagine#imagine#society of the snow#crarinhaws
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Finney Blake x Male Reader
"Um dia que vale por todos"
. Sinopse: você e seu grupinho passaram a semana inteira planejando uma ida ao cinema, mas, após alguns imprevistos, apenas você e Finney conseguiram comparecer à sessão. Naquela poltrona macia, ao lado do seu melhor amigo e interesse amoroso, as borboletas se agitavam no estômago.
. Gêneros: sombrio, fluff e angst
. Avisos: "M/n", morte/sequestro subentendidos e final triste.
. Palavras: 2.5k | 3ª pessoa - passado
*essa é uma reescrita do primeiro imagine que escrevi. Tava uma bagunça antes mds 😮💨 minha escrita no início era tão precária
— Porra… muleque do caralho! – o garoto mais velho estava farto da insistência de M/n, com as veias pulsando na testa em pura irritação. — Eu já falei que não! Vende esses ingressos, enfia no seu cu, sei lá! Só para de encher o saco. – Vance levantou do sofá, marchando para seu quarto antes que defenestrasse o irmãozinho janela afora.
— Por favooor! – prolongando a palavra, M/n viu-se a um passo de se jogar aos pés do loiro e implorar aos prantos. — Eu pago suas fichas do fliperama por uma semana!
— Com que dinheiro? – questionou, como quem nada queria. — Nem bala de troco você tem no bolso.
— Eu faço o que você quiser por um mês inteiro!
Vance parou na entrada do quarto, interessado, já não planejando mais bater a porta na cara da pulguinha agitada às suas costas.
M/n sabia que sua vida seria um inferno durante trinta dias consecutivos, com Vance lhe atazanando por coisas banais, como encher um copo d'água e entregá-lo em suas mãos, arrumar a zona de guerra que Vance chamava de quarto e acabar com o pão de forma montando sanduíches. No entanto, chegar àquela sessão era realmente importante para M/n e seus amigos.
Sem contar que os ingressos custaram os olhos da cara.
— Quando vai ser? – Vance perguntou, e isso já serviu de confirmação para o caçula.
— Sábado! – M/n não disfarçava sua animação, o sorriso de orelha a orelha sendo apenas um dos sinais visíveis de alegria estampada na face iluminada. — Obrigado, obrigado mesmo! – abraçou o corpo maior.
Vance curvou o pescoço, tocando o topo da cabeça do irmão com o queixo.
Apesar de não ser A+ em demonstrar, por trás da carranca, bem lá no fundo, no fundo mesmo, muito lá no fundo, existia uma pequenininhazinha parcela de gentileza, e muito bem filtrada.
— Agora some da minha frente, cansei da sua cara.
Como M/n intitulava, o destino era uma tremenda vadia sem coração.
Mesmo estando na mesma série, o garoto e sua alma gêmea eram de turmas diferentes; não frequentavam a mesma sala.
M/n poderia simplesmente aguardar, afinal, Finney sempre vinha até ele. Mas a ansiedade, feito bomba, estava prestes a explodir dentro do peito, e o menino não queria ter seus membros e vísceras espalhados pelo chão da escola antes de sábado.
E, de preferência, depois de sábado também não.
Mas, se tivesse que acontecer, que fosse depois de sábado.
Além de serem amigos, M/n também desempenhava a função de escudo-sobrenome; ser parente do cara mais intimidador da escola tinha lá suas vantagens. Finney estava livre de valentões ao lado do Hopper mais novo.
No dia em que M/n percebeu que, mesmo de longe, seu irmão o protegia, a casinha de Vance em seu coração expandiu-se num quarto.
Durante o caminhar contente no corredor lotado de mini-homens e mini-mulheres, M/n teve a segunda interrogação ilustrada naquele dia ao ver Finn nadando sozinho contra a maré de corpos: "Ué… cadê Robin?". Linhas pontilhadas traçaram a silhueta do rapaz ausente.
M/n havia despertado com atraso de manhã, madrugado imaginando cenários e, consequentemente, chegando na hora exata em que a aula iria começar, acabando por não topar com os amigos na entrada. Sua primeira interrogação piscara na cabeça quando não viu Robin perambulando despreocupado enquanto todos se apressavam. Era costume do Arellano cabular o primeiro horário.
Um "oi" animado saiu dos lábios de M/n para Finney, que respondeu com um "e aí" tímido. — Fi, você sabe do Robin? – andavam devagar, perdendo lugar no refeitório, lentos para as arestas quando juntos.
— Ontem eu fui na casa dele pra ajudar com os estudos, como a gente tinha combinado, mas nem falar direito ele conseguia. Disse que, se não viesse essa semana pra escola, significaria que a febre piorou e que a gente podia ir ao cinema sem ele. – informou com desânimo, trombando em alguns ombros por focar mais no corpo ao lado que nos vários à frente.
— Ontem mesmo ele tava fazendo o nariz de gente babaca sangrar… – um biquinho de chateação protuberou nos lábios de M/n ao que a voz interna ecoava na cabeça: "a gripe não podia esperar mais um cadinho? Podia até voltar em dobro depois!" — Mas que droga! Robin era quem mais queria ver o filme. – a vadia sem coração dava descarga nos planos, como de costume.
Finney nutria a mesma frustração, mas não conseguia evitar sorrir para M/n. Ele achava a expressão do outro tão fofa! E M/n sequer percebeu, concentrado demais em chutar pedras-imaginárias-antiestresse piso liso à frente. O destino foi bondoso com o garoto, não lhe enviando nenhuma canela azarada para colorir.
— De qualquer jeito, não é como se fosse dar certo. Seu irmão com certeza não toparia levar a gente. – Finney murmurou convicto, sem saber que o quadrado havia entrado no círculo após longos minutos de insistência patética.
— Na verdade... – ao transparecer da dúvida, os olhos de Finney transbordaram esperança na direção de M/n. — Precisei oferecer minha mão de obra em troca, mas o cabeludo aceitou sim.
— Que massa! Pelo menos alguma coisa deu certo. Mas então… Como vai ser? – Finney escorreu um braço em volta do pescoço de M/n, aproximando-se para ouvir bem.
Páprica temperava as bochechas jovens.
As horas monótonas de algarismos e parágrafos terminaram em perfeita sincronia com o fim do lacrimejar das nuvens.
Tempestades eram frequentes naquela estação; M/n estava cogitando orar ao pé da cama pela imunidade daqueles que importavam para o seu fim de semana perfeito.
Ele voltava para casa na companhia de Finney, as borrachas dos tênis arrastando na água que escurecia o concreto de uma calçada direita.
Avançavam lentamente sobre os pingos de maio.
Porque rir e andar não era uma união muito harmoniosa.
M/n havia pedido ao amigo que o fizesse sorrir, e Finney contou uma piada terrível. M/n não esperava algo tão ruim e ria justamente pelo baixo nível.
Os dois não faziam questão de que o tempo voasse.
— Pulguinha!
Uma voz alta e conhecida chamou à distância. Girando os calcanhares, o par notou Vance ainda na entrada do colégio, encarando-os.
— Aonde pensa que vai?
M/n ficou na ponta dos pés, inclinando a parte superior do corpo para frente, como se isso ampliasse a voz. — Ué, tô indo embora! – devido à distância, o diálogo seguia em tons elevados.
Ele planejava ir pela rua mais longa, querendo passar mais tempo com Finney; sempre fez assim, e, quando o amigo pousava no lar, ele concluía o restante do caminho sozinho.
Entretanto, nos últimos dias, surgiu um empecilho chamado Vance, que com todos os retratos grudados nos postes e estampados nas caixas de leite, adotou um lado protetor que não conhecia muito bem.
— Nem fudendo, pode voltar! Você vem comigo, pirralho.
M/n sabia que protestar não adiantaria; seu irmão era capaz de apagá-lo e carregar seu corpo inconsciente até chegarem em casa. Finney não morava tão longe dali, regressar era tranquilo. Então, M/n se despediu do garoto com um longo abraço, pensando se encerrava o contato com um beijo na bochecha ou não.
— Tchau, Finn! – o menino em colapso disse sem freios, estalando rapidamente os lábios no lado esquerdo do rosto alheio e correndo rumo à versão alternativa da Cachinhos Dourados, que testemunhava toda a cena com um sorrisinho no canto da boca.
— Até… – Finney entrou em parafuso, tocando com os dedos a pele beijada. — amanhã…
Vance usaria uma identidade falsa para entrar na sessão com dois menores de idade. Concluída a parte complicada, deixaria Finney e M/n por ali. Quando o filme acabasse, bastaria que os garotos se misturassem na multidão ao saírem. Poderia dar errado?
De cabo a rabo.
Depois de pedir a identidade, a ruiva atrás do balcão passou a encarar Vance fixamente. Naquele momento, só se ouvia o barulho do chiclete que ela mascava.
— O que foi? – Vance perguntou, engolindo o "porra" que quase saiu no fim da frase.
E, logo atrás do embaraço, os orquestrantes aguardavam.
M/n sentia o nervosismo de Finney; ele estava inquieto, provavelmente pensando no pior. M/n queria segurar a mão dele, mas ambos estavam ocupados demais tentando manter o equilíbrio com a quantidade de besteiras que compraram.
— Eu tenho a genética boa. – Vance abriu um falso sorriso galanteador para a mulher, certeiro, ainda que zerado na sinceridade.
— Vai logo. – ela devolveu o 'documento', resmungando um "xispa" e gesticulando com os dedos.
M/n sorria tão largamente que as maçãs do rosto doíam. Finney estava desacreditado; tinha em mente os piores finais e, no fim, tudo deu certo.
Os dois trocavam risadinhas entre si enquanto Vance, liderando o caminho, sussurrava os piores xingamentos que poderiam sair da boca de um ser humano, jurando que nunca mais faria algo do tipo. Ele tinha absoluta certeza de que sentira a pressão abaixar quando a possibilidade de ser pego pintou a cabeça. Vance não queria ter outro papo com a polícia.
Uma boa grana por pouco não foi desperdiçada no tempo em que M/n e Finney desbravavam a fileira de seus acentos. Como era fim de semana, o cinema estava cheio. Era impossível chegar às poltronas em completa plenitude; no mínimo, uma cotovelada levaria. Seria honroso manter todos os grãos de milho dentro do balde naquele cenário caótico.
Vance colocou o capuz de seu moletom; tentaria ser discreto ao voltar.
Todo esse cuidado parecia um exagero, afinal, estava tarde, os funcionários trabalhavam no piloto automático àquele patamar da lua, com a cabeça já sentindo o macio do travesseiro.
Mas o loiro aprendera a não dar brechas após seu primeiro vacilo.
Vance deixou bem claro para M/n que, quando o filme acabasse, eles deveriam esperá-lo na praça em frente ao cinema e que, se não os encontrasse, daria uma surra tão forte nos dois que eles adquiririam a habilidade de girar a cabeça em 360 graus.
Não era verdade, mas o truque geralmente funcionava.
Geralmente.
— Se você ficar com medo, pode segurar na minha mão. – Finney havia proposto a M/n, sem ter noção do efeito que aquela frase, contida na doce campânula de sua voz, tinha sobre o garoto na poltrona ao lado. Caso estivesse ciente, faria o mesmo com mais intenções.
M/n sorriu acanhado, com as bochechas temperadas. Ele não sabia o que dizer, pois só tinha estudo nos tufões que gelavam o interior, oriundos do anseio que guiava os movimentos desequilibrados e majestosos das borboletas nascidas no intestino.
Felizmente, uma lagarta miudinha subiu prematura pela garganta e mandou o menino dizer: — Valeu. – a palavra automática, tão baixinha, pingava rouquidão singela.
Mas Finney ouviu e retribuiu os lábios esticados, encantando de ponta a ponta, porque, enquanto os trailers passavam, o foco dele não era nenhum outro além de M/n.
Finney sentira o temporal mais cedo, ainda no caminho para o cinema; na calçada, enquanto falavam sobre o filme que estavam para ver, ele vomitava borboletas toda vez que os lábios se separavam.
Era confuso e diferente, mas especialmente recíproco.
Assim que o filme começou a rodar, a trilha imersiva dominou os ouvidos e a cena instigante capturou os olhos de todos ali.
Foi cômico quando Finney, na primeira transferência de tensão, agarrou a palma de M/n. A união se formou por impulso e se encerrou pela mesma razão. Finney, envergonhado, encarava o outro garoto.
E, juntando as palmas novamente, M/n acalmou o bater das asas. — Pode segurar minha mão também.
A noite se moldou no entrelaçar dos dedos, laço que só era rompido quando precisavam levar pipoca ou refrigerante à boca, coisa, inclusive, evitada pelos meninos.
Os corpos se rendiam ao elo crescente e era confortável demais só estar como estavam.
Aos poucos, o sentimento deixava de ser uma dúvida.
E, além da paixão faiscando, também era compartilhada a infeliz decisão de deixarem os baldes de pipoca no colo; os grãos estourados voavam para todas as direções com os constantes sobressaltos nas poltronas.
Tanto M/n quanto Finney não tinham o costume de consumir filmes de terror; toda a empolgação nasceu através das maravilhosas descrições que Robin fazia.
O resultado? Dois garotos impressionados e apavorados na quarta fileira em frente ao telão.
'A enigmática figura detentora da máscara pálida surgiu na traseira interna do carro, para o horror da babá na dianteira. A trilha sonora subiu quando Michael Myers rodeou o pescoço da pobrezinha com as próprias mãos.' O susto de M/n superou o da moça, e só não foi vaiado porque grande parte da sala gritou junto.
Finney já previa. Ele era mais rendido pelas cenas onde a tensão silenciosa se construía; ficava sem respirar nesses momentos.
Fora o lanterninha cegando os garotos, perguntando o que dois moleques desacompanhados estariam fazendo numa sessão como aquela e que, pelo nervosismo, Finney quase deu com a língua nos dentes, tudo ocorreu perfeitamente bem. O "tio" no banheiro foi o maneirismo usado.
Durante a subida dos créditos, as pessoas passaram a deixar a sala, comentando fervorosamente sobre o longa enquanto preenchiam o espaço rumo à saída.
M/n e Finney mesclaram-se no mar de gente. M/n pensava na fita vhs que compraria para rever o filme com Robin, e Finney procurava pelo impulso necessário para espremer a espinha do coração.
E ele encontrou.
Finney abraçou com força o surto repentino de coragem que lhe cutucou a costela, guiando M/n para dentro da redoma onde as borboletas poderiam eclodir.
Nenhum deles esperava que o primeiro beijo na boca fosse acontecer na cabine do banheiro de um shopping.
Foi mágico.
O contato inexperiente, o medo de ser pego, a inexplicável sensação de experimentar algo novo e o desejo de permanecer naquilo… eram o tato, o receio, a questão e a vontade que faziam daquele momento uma linda explosão.
M/n queria prolongar o desastre florido que chamava suas borboletas para voarem sobre ares com cheiros, então, naquela noite, trilhou o caminho mais longo.
Não esperaram por Vance.
Na calçada da casa de Finney, com os pares de mãos coladas, aquele que residia nas quatro paredes às quais dava as costas abria a boca para convidar sua lasca de peito a passar a noite, mas lembrou-se do pai fora de si, e a frase morreu antes de nascer.
M/n amenizou a própria jornada.
Apaziguou forçadamente e disse que ficaria bem.
O adeus veio no formato de um selinho.
Naquele instante, para M/n, o dia havia sido perfeito.
Mas não foi, e ele só saberia disso amanhã.
Se a cabecinha ingênua tivesse tido um vislumbre, naquelas vinte e quatro horas, ele teria abraçado o irmão uma última vez, beijado a testa de Robin até salvá-lo do resfriado e transformado aquele derradeiro selinho em Finney num beijo que seria renovado até o laranja tingir o céu, lapidando, assim, os milhares de segundos antes que tudo zerasse.
Talvez o garoto perdesse as boas memórias com o tempo.
Mas o sentimento era uma chama que flamejava até o fim.
Um sábado de 78 seria um dia eterno para M/n.
Porque no fim da rua, iluminado pela fraca e falha luz de um poste, ao lado de uma van preta, um homem pedia por ajuda.
Suas compras haviam caído no chão.
E M/n nunca mais foi visto depois de sábado.
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Sweet and Sour
Avisos: CNC, asfixia erótica, breeding kink, spit kink, threesome, dirty talk.
Harry bottom, Louis e William Top.
One tradicional. Gêmeos Tomlinson.
🥛
Era sábado e Harry estava um tanto quanto frustrado por sua situação atual. Louis era seu alfa, seu namorado à três longos anos e ele nunca havia deixado Harry longe no período do pré cio, porém por causa de uma reunião de emergência, Louis teve que ir ao trabalho e deixou Harry sozinho em casa com seu irmão gêmeo, William.
Louis e William eram completamente opostos, Louis era um alfa que esbanjava charme e imponência, era firme e possessivo, ao mesmo tempo que tratava Harry como se fosse um cristal prestes à se partir. Já William era seu melhor amigo, um beta doce, cuidadoso, amoroso e tão sensível quanto Harry. Eles eram inseparáveis, logo que o ômega começou a se envolver com o alfa ele desenvolveu uma amizade bonita e respeitosa com William, todos felizes e contentes em morarem juntos, tudo era sincronizado e leve, aquela relação era harmônica até nos detalhes.
Hoje, sábado, folga dos três, Louis estava trabalhando. Era triste para Harry, ele tinha planejado ser mimado o dia todo pelo seu alfa, o pré cio sempre o deixava mais sensível e manhoso, necessitado de atenção e cuidado. Pelo menos ele tinha William, que tinha ido tomar banho antes de começarem a cozinhar juntos o almoço.
- Eu sinto muito se você fez merda, cara, mas esse problema não é meu. Não vou sair da minha casa em pleno sábado pra ajeitar uma cagada que você fez sem a minha permissão. – William falava ao telefone e Harry se esticou no sofá, olhando o beta parado em frente ao banheiro com a toalha enrolada na cintura, o cabelo tijelinha escorrendo água por todo torso magro. Louis e William eram idênticos, foi impossível para Harry não sentir seu baixo ventre esquentar ao ver William ser tão ríspido ao telefone, agindo como Louis, como um alfa. Ele desapareceu dentro do quarto, voltando pelado pelo corredor enquanto esbravejava e gesticulava raivoso ao telefone. Não era anormal que eles se vissem nus, fazia parte da intimidade que eles tinham. O que não era normal era o baixo ventre de Harry contrair olhando o corpo nu de William, sentindo seu coração bater nos ouvidos. Era o pré cio, só podia ser, chegando sorrateiramente e afetando o cérebro de Harry. Ele se virou se bruços no sofá, pressionando o pau semi ereto contra o couro, apertado no shorts curto que usava. Alcançou seu telefone e abriu a conversa de Louis.
“Vai demorar pra chegar, alfa?”
Ele respirou fundo, desviando o olhar para William que segurava o celular entre o ombro e a orelha, subindo a cueca preta por suas pernas.
“Vou, amor. Estou cheio de problemas pra resolver, me desculpa, tá? Você está precisando de alguma coisa?”
“É meu pré cio, alfa. Eu preciso de você.”
Harry respondeu com um bico, deixando o celular de lado e agindo como o ômega mimado que era, não aceitando que seu alfa estava trabalhando ao invés de estar cuidado de si. Voltou à atenção à William, mordendo a bochecha enquanto percorria os olhos para a v line e o pau marcado na boxer. Suspirou frustrado, pensando na sorte que tinha de William ser um beta, sem cheiro, sem tentações para seu lobo.
- Que cheirinho doce. – William disse à Harry, que não reparou que ele não falava mais ao telefone. – Parece torta pêssego, algo assim, será que os vizinhos estão cozinhando? – ele respirou fundo, sentando no sofá e puxando as pernas de Harry para cima das suas, fazendo carinho em seus pés.
- É, eu acho que sim. – Harry engoliu em seco, sabendo que o cheiro doce saia de si. – Horário estranho pra cozinhar doces, né? – riu nervoso, virando de barriga pra cima, não querendo arriscar que sua situação se complicasse cada vez mais – como William ver uma mancha escura bem no meio do seu shorts.
- O que você quer comer hoje, H? – William perguntou, percebendo que o semblante de Harry era distante. – O que foi, Hazzy?
- Nada. – respondeu mexendo os dedos dos pés, tentando se concentrar em qualquer coisa que não fosse William e como ele era idêntico ao alfa.
- Você quer o Louis, não é? – Will fez cócegas em seus pés, o ouvindo rir. – Eu entendo que esteja chateado, mas odeia tanto minha companhia assim, é? – Brincou, vendo Harry negar rápido.
- É só que ele tinha prometido ficar comigo hoje, sabe? – Harry se sentou. – Mas tudo bem, vamos cozinhar, sim? – ele sorriu se levantando – Cozinhar com o melhor amigo desde mundo. – ele saiu andando até a cozinha, abrindo a geladeira pra conferir o que iriam conseguir fazer com o resto das compras do final de mês.
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Eles estavam cantando e dançando na cozinha gargalhando, rindo um do outro quando Harry sentiu a primeira pontada. Segurou na bancada com força até as juntas dos dedos ficarem brancas, gemendo o mais baixo que pôde.
- O que foi? Está tudo bem? – William de apressou em se aproximar, fazendo carinho em suas costas.
- Eu estou bem. – Harry engoliu seco, envergonhado demais com a situação, sentindo-se arrepiado pelo toque dos dedos gelados de William em sua coluna.
- Não parece. – William riu fraco, percebendo que o cheiro de pêssego de tornara mais forte, não entendendo a situação.
- Está tudo bem, juro juradinho. – Harry sorriu fraco, voltando a mexer o molho branco, se concentrando em cantar e tentar ignorar os sinais do seu cio ficando cada vez mais fortes. Desligou o fogo, pegando um copo d’água e virando, sentindo um calor absurdo e tirando a regata que usava, indo até a sala e ligando o ventilador.
- Você está com calor? Harry, está vinte graus aqui dentro. – William estranhou, sabendo que Harry era a pessoa mais friorenta que ele já conheceu.
- Muito calor. – Harry respondeu afetado, perdendo muito tempo em olhar aquela franja estupidamente perfeita em sua testa, seu mundo girando e gritando por seu alfa.
- O que eu posso fazer pra te ajudar, Harry? – William disse despreocupado, tirando a forma do forno, fazendo Harry se perder em seus braços tão bonitos e firmes, mais afetado ainda por ouvir ele falando como seu alfa falava, solícito.
- Eu acho que é meu cio, maninho. – Harry sentiu outra pontada, se segurando nos ombros de William, que rodeou o braço em sua cintura o segurando.
- Seu cio não é amanhã? – William perguntou agitado, sem saber o que caralhos faria com um ômega no cio, principalmente o ômega do seu irmão no cio.
- Odeio o Louis por te contar essas coisas. – Harry aninhou a cabeça em seu peito, apertando forte a camiseta e gemendo alto, seus olhos cheios de lágrimas em pura vergonha. – Chama o Louis, Will, chama ele. – choramingou.
- Ok, vamos pro quarto. – Will segurou Harry com rapidez, o segurando no colo e atravessando o corredor, o deitando na cama que ele dividia com Louis. – Vou ligar pra ele, sim? – ele disse discando o número, vendo Harry assentir se esfregando no colchão, uma mancha enorme em seu shorts. – Louis, temos um problema. Harry está no cio. – avisou.
- E onde ele está?
- No seu quarto, eu trouxe ele pra cá.
- Ok, como ele está?
- Como assim, ele está no cio oras?!
- Ele está gemendo? A bunda está molhada? Está chorando? Como ele está?
- Choramingando seu nome, se esfregando contra o colchão e com uma mancha enorme no shorts. – William disse envergonhado.
- É, ainda não está completamente no cio mas vai ficar. Eu vou precisar da sua ajuda, maninho.
- Como assim, Louis?
- Você vai ter que ajudar ele até eu chegar, Will. Ele está com dor, você não pode deixar meu ômega chorando de dor. Vai até meu armário, na primeira gaveta tem uma caixa de madeira.
- Louis, eu não vou fazer isso. Nem fodendo.
- Will, maninho... Me obedece, sim? Eu preciso que me ajude.
- Louis, você ficou maluco porra? Ele é seu ômega, eu sou um beta e sou seu irmão! Eu não vou fazer nada com ele.
- Maninho, você sempre foi meu melhor amigo. Eu não me importo de dividir meu ômega com você, principalmente porque ele está precisando de cuidado.
- Eu sou um beta, Louis. Como você acha que eu posso satisfazer o Harry?
- Acredite em mim, você vai conseguir satisfazer ele até eu chegar em casa. Só faça o que eu te peço, prometo que essa vai ser a única vez.
- Ele é meu melhor amigo, mano. Não sei se consigo fazer isso, muito menos agir como se nada tivesse acontecido depois.
- Will, maninho, nossa vida inteira você esteve sendo meu bebê, eu sempre te tratei com amor e carinho, com cuidado e proteção, eu nunca deixei você sozinho e nem desapontei você. Não faça isso comigo, sim? Me retribua tudo que eu fiz por você, uma vez sequer. – Louis dizia com aquela voz manipuladora que William odiava ouvir mas não conseguia não obedecer.
- Ok. – William respirou fundo, nervoso. Foi até o armário e pegou a caixa. – O que eu preciso usar?
- Tem um frasco pequeno de perfume aí, não tem?
- Sim. O que é?
- Perfume de alfa. Passe atrás das orelhas, no seu pescoço e nas suas mãos.
- Porque caralhos você tem isso, Louis?
- Eu sabia que chegaria o dia que eu precisaria que você me ajudasse com ele, Will. Passe o perfume e me coloca no viva voz, me deixe falar com ele.
- Maluco. – William bufou, colocando no viva voz e colocando o celular ao lado da cabeça de Harry, deixando sob o colchão. – Hazzy, Louis quer falar com você. – avisou afagando seus cabelos, deixando a caixa em cima da cama e abrindo o frasco, passando como Louis mandou e ouvindo Harry gemer alto, fungando e suspirando o cheiro forte.
- Alfa. – Harry choramingou.
- Oi ômega, seu cio chegou, não é? Will me contou.
- Sim alfa, vem pra casa, eu preciso tanto do seu nó. – Harry levou a mão até seu pau por dentro do shorts, esfregando o dedão na cabecinha. – Eu tô tão molhadinho alfa, tão bom pra você.
- Papai vai demorar pra chegar, amor. Eu já estou saindo daqui, mas eu preciso que você seja bem cuidado enquanto eu não chego. Will vai cuidar de você, tudo bem?
- Não. Eu quero meu papai! – Harry brigou, se apertando o pau duro e dolorido entre os dedos, soltando gemidos manhosos.
- Will, me coloca por vídeo.
William pegou o telefone, apoiando entre o colchão e a cabeceira, ligando por vídeo e olhando Louis atender, já estando dentro do carro.
- Olha pra frente, ômega. – ele mandou, vendo Harry olhando pra câmera com o rostinho choroso.
- Papai, vem pra casa. – ele tremia, gemendo alto e arranhando os lençóis.
- Tá doendo muito, não é? Você precisa que alguém te ajude, bebê. Seja bom pra mim, deixa o Will usar seu rabinho, deixa ele te aliviar. Papai vai ficar aqui olhando o tempo todo, sim?
- Não. – Harry desviou o olhar. – Papai mau.
- Que feio, Harry. Eu não sou mau, estou tentando ajudar você, aliviar sua dor. Não seja ingrato.
- Papai é mau sim! Me deixou sozinho! – Harry esbravejou, uma nova onda de dor lhe tomando o fazendo revirar os olhos e se empinar chorando.
- Harry, chega! Eu estou dizendo o que é melhor pra você e tudo que você tem que fazer é aceitar! Você sabe que eu sempre sei o que é melhor pra você. – brigou, vendo Harry assentir com um bico contrariado nos lábios.
- Will, quero que suba na cama e esfregue seu pau na bunda dele. Beije a bochecha dele e o deixe sentir seu cheiro.
- Louis... – William exitou.
- Agora.
- Me promete que nada vai ficar diferente. – William disse se ajoelhando atrás de Harry.
- Eu prometo. Faça.
- Eu quero o papai. – Harry choramingou.
- Sim, Hazzy, eu sei. – William disse, as mãos ao lado da cabeça de Harry e o pau semi ereto esfregando em sua bunda coberta pelo shorts molhado. Ele esfregou o nariz na bochecha de Harry, que gemeu alto enlouquecido pelo cheiro que ele tinha, o cheiro do seu alfa.
- O cheiro do papai. – choramingou.
- Sim amor, ele está com o cheiro do papai. Viu? Eu disse que ele vai cuidar de você até eu chegar.
- Papai, tá doendo muito. – seus olhos estavam grudados na tela do celular, analisando o semblante excitado que Louis tinha.
- Will, tira a roupa dele. – Mandou, vendo ele pensar alguns segundos antes de obedecer, puxando o shorts pra fora com as mãos trêmulas. Louis admirou o modo que seu irmão olhava fixamente pra bunda molhada do seu ômega, sabendo que ele desejava ver o buraquinho babado. – Abre a bunda dele, Will. Olha o cuzinho dele, veja o quão molhado meu ômega fica. – William apenas obedeceu, olhando hipnotizado pro cuzinho contraindo, brilhando.
- Então o cheirinho de pêssego era seu, Harry? Docinho demais. – William apertou as bandas de leve, mordendo o lábio inferior.
- Ele também tem gosto doce, sabia, Will? Lambe ele, sente como o buraquinho dele é macio, como o gosto é tão bom que não dá vontade de parar de lamber e cuspir, de judiar por horas seguidas.
- Não quero! Quero só o papai. – Harry brigou.
- Se continuar desse jeito não terá o papai e vai passar a merda do cio sozinho. Respeite o William e agradeça à ele por aceitar ajudar você, cachorrinho. Agora.
- Não.
- Will, bate nele. Forte, quero ver ele gritar.
- Ele gosta de apanhar? – Will perguntou com a respiração engatada, sentindo o pau já duro não conseguindo entender como estava assim com tão pouco.
- Ele ama apanhar, Will. Ele gosta de ser tratado como a putinha do papai. Agora ele vai ser a putinha do maninho também, do jeitinho que ele gosta de chamar você, estou certo?
- Sim. – William disse assentindo, espalmando um tapa forte contra a bunda branca de Harry.
- Porra! – Harry gemeu gritado e William sentiu seu cérebro girar, olhando pra Louis num pedido mudo para bater de novo, vendo ele assentir antes de dar outra pancada, e mais outra, vendo Harry se empinando submisso. Seus tapas eram firmes contra a pele branca, não desviando o olhar nem sequer por um segundo, hipnotizado pela derme se tornando cada vez mais vermelha, os pelinhos todos arrepiados.
- Meu deus! – Harry gemeu, esfregando o rosto contorcido em prazer nos lençóis, a bunda se empinando cada vez mais inconscientemente.
- Lambe ele, Will. – Louis disse rouco, ficando maluco de tesão de ver seu irmãozinho brincando com o seu ômega. William se abaixou e colocou a língua pra fora, sentindo sua boca encher d’água antes de dar a primeira lambida, gemendo com o gosto, sentindo Harry jogar o rabinho pra trás pedindo por mais, não sendo capaz de negar aquele pedido velado, passando a esfregar a língua por todo buraquinho, gemendo e apertando a bunda sensível pelos tapas, deixando ela toda aberta.
- Está gostando, amor? Hum? O maninho faz tão bem quanto o papai? – Louis tinha um sorriso diabólico no rosto, tirando uma das mãos do volante pra apertar o pau duro dentro da calça social.
- Melhor que o papai não. – negou gemendo alto, sentindo William soltar um rosnado fraco contra sua bunda, fazendo Louis perceber que ele dizia só pra agrada-lo.
- Seja sincero, bebê. Não minta pra mim, você sabe que o papai sempre sabe quando você está mentindo.
- Desculpa papai, sim, muito bom. – Harry apertou os lençóis. – Eu posso tocar no maninho, papai? – Perguntou envergonhado, esperando Louis assentia antes de levar a mão até os cabelos de William, o pressionando contra sua bunda.
- Eu estou tão orgulhoso de vocês dois. – Louis mordeu o lábio inferior. – Pede pro Will enfiar os dedos em você, bebê, pede.
- Não. – Harry negou baixinho recebendo um olhar raivoso de repreensão vindo de Louis, o fazendo engolir em seco. - Maninho. – Harry rebolou contra a sua língua, respirando fundo ainda envergonhado. – Você pode me dar seus dedos? – Sussurrou inseguro, um medo estranho o afetando, medo de Louis brigar consigo.
- Peça direito, Harry. Nós sabemos que você é uma putinha necessitada, não tente agir diferente. – Louis disse firme.
- Will, você pode por favor enfiar seus dedos no meu rabinho? Eu preciso tanto disso. – Harry mordeu as bochechas vermelhas, olhando o sorriso orgulhoso de Louis pelo telefone.
Louis observou William afastar os lábios da bunda de Harry e esfregar os dedos no cuzinho babado, repreendendo o mesmo. - William. Fale com ele, não dê tudo que ele quer, quando ele quer. Depois ele fica mimado e quem vai ter trabalho pra corrigir sou eu. – Eles fizeram contato visual e ele pôde notar a respiração desregulada do irmão. – Não se prive de nada, maninho. Não vou me chatear, estou te dando permissão pra fazer o que quiser com o meu ômega. Gosta de sexo bruto, Will? Faça com ele. Gosta de bater? Pode bater. Gosta de foder forte? Machuque o rabo dele. Nada está fora dos limites, não é, Harry? O que você fala pro papai quando é demais?
- Eu falo minha palavra. – Harry choramingou. – Eu preciso de algo papai, tá doendo, eu tô tão vazio. – Harry fez bico.
- Diga pro maninho, Harry. Se explique.
- Will. – Harry começou baixinho. – Quando eu não quero mais eu falo pro papai minha palavra, que é ursinho. Porque eu gosto muito de ursinhos. – Ele escondeu o rosto nos lençóis. – O maninho pode me foder, não pode? Eu preciso de você já que o papai é muito, muito mau. – Ele juntou as sobrancelhas.
- Papai não é mau com você, Harry. – Dessa vez foi William a repreender. – Ele estava trabalhando e eu estou aqui pra você. Faça e fale o que quiser, mas não me diminua. Eu não aceito que ninguém não me deseje de verdade. – Ele tinha o semblante fechado, bravo. – Me diga que me quer, Harry. Admita que me deseja, me peça desculpas e não seja idiota ao ponto de falar nada que me faça sair por aquela porta e deixar você chorando de dor sozinho. – William tinha o maxilar travado e as unhas cravadas nos quadris de Harry, que gemia e revirava os olhos pela maneira que ele falou consigo, sentindo-se humilhado, exatamente como ele gostava.
- Me desculpa, maninho. Eu fui ruim com você, eu posso te fazer me perdoar. – Harry olhou por cima dos ombros, arrepiando com o olhar escuro de William o intimidando. – Posso te recompensar? O que quer que eu faça? Faço tudo pelo seu perdão e pra ter nem que seja um pouquinho de você. – fez bico, os olhos marejados.
Louis por sua vez, sorria largo vendo a interação dos dois. – Ele sabe chupar um pau como ninguém, Will. Ele engole tudo, leva até o fundo da garganta e não se importa quando dói. Harry é uma boa vagabunda, sabe muito bem que tem que aguentar tudo pra ser perdoado. Não sabe, bichinho?
- Sei papai, eu sei. Maninho, você quer usar minha boca? Você pode, eu prometo ser bom. – Ele gemeu alto apertando os lençóis entre os dedos e pressionando as coxas, uma nova onda de dor e calor se fazendo presente. – Por favor. – disse com a voz embargada, lágrimas gordas saindo de seus olhos pressionados. – Papai pede pra ele deixar, papai! – ele se retorcia no colchão, a lubrificação escorrendo entre as coxas juntas.
- O que acha, Will? Pode deixar meu bebê ter seu pau? – Louis parou no semáforo, ficando um pouco frustrado por perceber o engarrafamento.
William se levantou e retirou todas suas roupas, voltando pra cama. - Venha, Harry. – se deitou ao seu lado, as pernas na direção do celular. – Me convença a foder você.
- Não tape a câmera, Harry. Quero ver sua boca mamando meu irmão. – Louis suspirou, levando as mãos até a calça social, abrindo com pressa e tirando o pau dolorido de tão duro pra fora, agradecendo pelos vidros do carro serem completamente pretos. – Senta na cara dele amor, sim? – ele resmungou frustrado, tendo que andar coisa de três metros com o carro e parar de novo, voltando a atenção para os dois.
William segurou as coxas de Harry com firmeza, não deixando que as mesmas apetassem sua cabeça, lambendo as bolas pesadas do ômega. Harry rebolava em seu rosto, tentando fazer sua língua deslizar até o rabo necessitado, choramingando. – Papai, presta atenção em mim. – chamou por Louis que dirigia mais um pouquinho pela estrada paralisada.
- Deixe seu papai orgulhoso, filhote. Use sua boca para mostrar como você é bom e o quanto merece nossos paus. – Mandou, finalmente segurando o cacete entre os dedos, subindo e descendo o punho lentamente, suspirando pesado vendo seu ômega assentir o olhando com os olhos pidões enquanto expunha a língua quente, úmida e macia, lambendo a cabecinha do caralho fodidamente dolorido e molhado de William, sentindo o gosto suave da pré porra, gemendo abertamente ao se sentir entorpecido pelo sabor novo. Segurou a base e abocanhou a cabeça toda, revirando os olhos e gemendo com ele na boca quando William lambeu uma faixa gorda no meio de sua bunda. Ele lhe deu um tapa forte na bunda e rosnou excitado, passando a meter a língua pra dentro do cuzinho que piscava implorando pra ser alargado e preenchido, maltratado e usado até sua bunda formigar em plena exaustão. Harry cravou as unhas nas coxas grossas de William, descendo a boca devagar enquanto mantinha contato visual com Louis, engolindo tudo e o sentindo latejar em sua garganta, sorrindo ladino para seu alfa, pedindo silenciosamente por elogios.
- Bom pra caralho bichinho, papai não vê a hora de chegar pra ter o aperto gostoso da sua garganta. Mama ele amor, fode sua garganta pro papai ver. – Louis falava com a respiração engatada, apertando o pau entre os dedos bem na cabecinha, imaginando a garganta pequena de Harry o esmagando.
- Que rabo gostoso, Hazzy. – William rosnou atrás de si, lhe dando um tapa leve bem em cima do cuzinho, o fazendo gemer e tombar a cabeça em sua coxa, masturbando Will devagarinho. – Pede pra eu foder você gatinho, pede pra mim. – Rosnou, cuspindo em cima do buraquinho que escorria lubrificação, deixando William molhado no queixo, pescoço e peitoral, fazendo uma tremenda bagunça. – Está me molhando igual um cachorrinho bebê, precisa tanto de mim, não precisa? – Gemeu rouco. – Lou, está gostando de me ver usar seu bichinho? – Riu sádico, começando a entrar na fantasia insana do irmão.
- Pra caralho, maninho. Só me decepcionando com nosso brinquedo, está tão burrinho, não consegue nem te responder. Você deveria estar vendo o rostinho dele, ele quer tanto oferecer o cuzinho apertado pra você brincar mas está tão vermelho, tão envergonhado. – Louis gemia com um sorriso ladino, vendo Harry mamar na cabecinha do pau como um bebê em sua chupeta, querendo mais e mais da pré porra gostosa.
- Não sou burrinho papai, mas é muito gostoso, não quero parar de engolir ele. – Protestou, rebolando a bunda de um lado pro outro. – Maninho, me abre? Me fode com seus dedos, quero ficar bem aberto pra você, sim? Você faz? – Choramingou logo voltando a mamar a cabecinha, masturbando com firmeza, querendo tirar o máximo de pré porra que conseguisse, implorando pra engolir tudinho. Will mordeu sua bunda com força, o fazendo gritar alto assustado, metendo dois dedos pra dentro dele de uma vez, indo até o fundo, empurrando o máximo de podia, girando eles.
- Seja bom pra mim Harry, pare de apertar meus dedos desse jeito, me deixe te abrir. – disse ficando maluco com a maneira dolorida que Harry pulsava em si, rebolando com as pernas tremendo.
- Filhotinho, quero que esfregue seus peitos no pau do maninho. Cuspa nele e molhe bastante seus peitos, quero te ver bem molhadinho e sujo pra mim. – Louis mandou vendo Harry assentir, os cabelos começando a grudar na testa suada. Ele segurou o pau e cuspiu com abundância, masturbando ele, deixando todo molhado antes de esfregar por todo o rostinho, batendo com ele em suas bochechas e na língua, se esfregando no pau como um gatinho manhoso. Cuspiu de novo, finalmente esfregando ele nos peitos médios, inchados pelo cio. Esfregou a cabecinha nos mamilos durinhos, vendo Louis se masturbando mais rápido e sentindo William passar a meter os dedos em si, fundo, forte e lento, o fazendo delirar com as sensações.
- Papai, mostra seu pau pra mim? Por favor, me deixa ver você se tocando? – ele gemia deixando lágrimas escorrerem dos seus olhos. – Maninho, me abre mais, coloca mais dentro de mim. – Ele começou a se jogar contra as estocadas, sentindo mais um dedo escorregar pra dentro de si.
- Vou deixar você largo, Harry, pronto pra receber meu pau quando eu quiser. – William rosnou, estocando agora quatro dedos no cuzinho pulsante, a lubrificação de Harry escorrendo por seu braço. Sugou as bolas dele, mamando nelas, engolindo a lubrificação que as deixavam escorregadias.
- Will, abre o rabo dele até ter espaço pra nós dois. – Louis rosnou mudando a posição da câmera, fazendo seu pau aparecer nela e jogando o banco pra trás, mostrando desde seu rosto até o cacete molhado com as bolas pesadas pra fora da calça. – O que acha disso, filhote? Consegue aguentar nós dois ou é um bichinho imprestável?
- Eu aguento papai, aguento sim! Maninho, eu preciso muito muito do seu pau, você pode me dar? Papai, ele pode me dar? – choramingava desesperado. – Vou agradar vocês dois, prometo que vou. – se desesperou com os olhos grudados no pau grande e grosso de Louis enquanto voltava a foder sua própria garganta no de William, que era tão grosso quanto o do alfa, o fazendo imaginar o quanto teria que se abrir e esticar pra abrigar os dois dentro de si como o bom bichinho que era.
- Não sei, Will, você acha que ele merece seu pau? Acha que ele mamou direitinho? – Louis perguntou com um tom de desdém.
- Na verdade não. Já tive muito melhores, sendo sincero. – Disse com um sorriso ladino, vendo a pele de Harry se arrepiar. – Não se esforçou nem um pouco pra me agradar, só está esperando que eu foda ele, o que é bem triste. Você me ofereceu ele dizendo que ele era tão bom, estou decepcionado. – ele abriu os dedos dentro do rabo pulsando, arrancando um gemido gritado de Harry.
Harry rosnou baixo, irritado por não ter o pau socando fundo em si, frustrado por estar com dor e estar sendo negligenciado.
- Você rosnou pra gente, Harry? Você realmente fez isso? – Louis rosnou de volta, completamente irritado. – Mimado do caralho. – Subiu a câmera e a deixou apenas no seu rosto, assistindo Harry negar com a cabeça e começar a chorar.
- Não papai, por favor me deixa te ver. – Soluçou, ainda mais frustrado. – Desculpa!
- Cala a boca Harry, não quero ouvir nenhuma palavra vinda de você. Mau criado, você é burro! Burro! – ele socou o volante. – William, faz o que quiser com ele. Apenas faça para machucar. Realmente machucar.
- Fica quieto agora! – William mandou empurrando ele deitado no colhão, subindo em cima de si acima do peito, segurando os cachos com força e enfiando o pau fundo em sua garganta passando a estocar contra sua boca. – Você é patético. – William riu, lhe dando um tapa forte no rosto molhado de lágrimas, sentindo ele batendo os pés contra o colchão. – É assim que se engole um pau, Harry. Quando alguém é bom em te dar um cacete pra você se aliviar, você engole ele independente se machuca ou não. Você mama seu papai com toda essa má vontade? – Ele puxou a cabeça de Harry pra trás o deixando respirar antes de se empurrar pra dentro de novo, trepando com sua boca com rispidez. – Aguente comigo, Harry, aguente e eu vou te dar o que você tanto quer. – ele segurou o celular e virou a câmera, deixando posicionada no rostinho choroso e vermelho engolindo seu pau com relutância. Empurrou até encostar na garganta, completamente dentro da cavidade apertada, levando a mão livre e fazendo um carinho com o indicador da testa até a pontinha do nariz bonito. Harry fechou os olhos aproveitando o toque gostoso, tentando se concentrar em respirar pelo nariz, abrindo os olhos e os arregalando quando William usou o indicador e o dedão pra apertar seu nariz, o impedindo de conseguir qualquer resquício de oxigênio. – Veja seu bichinho ser castigado, Lou. – Disse gemendo rouco, passando e ir e voltar com o cacete dentro da boca dele devagar, sempre metendo a cabecinha bem no fundo. – Quantos segundos você acha que ele aguenta, Lou?
- Quinze. – Louis sorriu orgulhoso, apreciando Harry tão vulnerável.
- Quinze, Harry. – ele empurrou até o fundo e manteve ali, Harry passando a tentar empurra-lo pra longe com as mãos desesperadas. - Um. Dois. Três. Quatro. Cinco. Se continuar tentando sair, vai ter mais quinze. – avisou, vendo Harry parar de empurrar a contra gosto. – Seis. Sete. Oito. Nove. Dez. Onze. Doze. Treze. Quatorze. Quinze. – William soltou seu nariz e tirou o pau de dentro da boca dele, o assistindo puxar o ar agoniado.
- Agora você vai passar a obedecer a gente, filhotinho? – Louis perguntou sorrindo, esfregando o dedão por toda a cabeça molhada de pré porra.
- Foi perfeito pra mim, Hazzy, você sabe disso, não sabe? – William passou a acariciar sua bochecha, limpando suas lágrimas. – Muito, muito bom. – Levou o dedão até os lábios molhados de saliva, o esfregando entre eles.
- Sei, maninho. Vou obedecer. – disse sentindo sua cabeça girando ainda tentando recuperar a respiração.
- Obrigado por me ajudar a adestrar ele, Will. – Louis riu nasalado.
- Agora eu posso ter seu pau, maninho? Por favor. – Choramingou, beijando a pontinha do dedão que brincava entre seus lábios.
- Ele pode, Lou? O que você acha? – William sorriu ladino, vendo Harry se desesperar lentamente.
- Eu acho, sim. O que você está sentindo, Harry? Fale pro papai.
- Meu rabinho tá doendo muito, papai, meu pau também, tá muito duro. Por favor, minha barriga está muito vazia e eu preciso muito muito de filhotinhos, preciso ficar cheio papai, preciso muito. – Choramingou, pressionando uma coxa na outra.
- Me deixe ver seu pau entrando no buraquinho dele, Will. – Ditou.
William saiu de cima de Harry, parando ao seu lado. – De quatro. – Espalmou um tapa ardido contra seu peitinho, ficando maluco ao ver ele balançar. – Hm, que peitinho bom amor. – Enquadrou a câmera nos peitos dele, puxando e torcendo os mamilos, batendo e os deixando bem vermelhos. Harry gemia e revirava os olhos, apertando mais as coxas e arqueando as costas, a boca aberta sem emitir nada, tremendo mais e mais a cada tapa.
- Esses peitos são bons demais Will, não vejo a hora de engravidar ele, poder mamar o leite o quanto eu quiser, vai ser tão doce, consegue imaginar?
- Vai ter que dividir comigo, Louis, não vou perder a chance de mamar bem gostoso nele. – Ele cuspiu em cima dos peitos, espalhando a saliva neles e passando a apertar os montinhos com a mão cheia.
- Vou amar dividir ele com você maninho, eu uso um e você outro, fazendo ele deixar a gente muito bem alimentados. – Louis grunhiu.
- Papai, maninho, por favor. – Harry chamou os dois, achando que nenhum deles estava dando a devida atenção que ele queria. – Eu vou dar meu leite pra vocês, prometo, só por favor maninho, me dá seu pau, por favor. – ele começou a chorar, esfregando os olhos com os dedos, completamente manhoso e frustrado. – Papai, vem pra casa, preciso muito do seu nó, por favor, por favor.
- Oh meu amor, está tudo bem. – William sentiu uma pontada de pena, afagando seus cabelos e filmando o choro dele para Louis.
- Que bonitinho, chorando porque ninguém te usou ainda, bichinho? É isso? – Louis riu. – Não tenha dó dele, Will, ele é só uma coisinha viciada em pau, não consegue ficar um dia sem se abrir todo em mim, não é, meu ômega?
- Papai... – Harry chorou mais, cobrindo o rosto com as mãos. – Por favor, está doendo muito!
- Deixe-me ver você chorar, Harry. – Louis mandou. – Sabe que eu odeio que você esconda meu rostinho de mim.
- Muito mais bonito assim. – William aprovou, vendo Harry descobrir o rosto, o semblante entregando o quão frustrado está. – Vou te dar o que você quer, Hazzy. – William girou seu quadril, o deixando deitado de bruços, se encaixando entre as pernas abertas. Ele deitou o tronco sob as costas de Harry, ficando apoiado com a mão ao lado de sua cabeça e com a outra mudando para a câmera frontal, gravando o seu rosto e o de Harry. – Empina seu rabo pra mim, bebê. – Sussurrou contra seu ouvido, sentindo a bunda gostosa esfregando em seu pau. Mordeu o lóbulo de sua orelha, lambendo e sugando pra dentro da boca, descendo os beijos por sua bochecha e lambendo, sentindo o salgado das lágrimas. Ele mordeu sua mandíbula e beijou, lambeu o pescoço e sugou a pele.
- Beija seu maninho, Harry, me deixe ver. – Louis rosnou excitado, vendo Harry virar a cabeça o máximo que pôde pela posição. William se aproximou, lambendo os lábios de Harry, puxando o inferior entre os dentes antes de afundar a língua dentro da boca quente, a língua macia enrolando na sua. – Vocês são totalmente meus. – Louis rosnou mais alto, fazendo William sorrir provocativo em meio ao beijo molhado.
William separou o beijo devagar, lambendo os lábios abertos de Harry e seguindo a vontade que o sufocou, fazendo um bico com os lábios e deixando sua saliva escorrer pra dentro da boca dele, o vendo fechar a mesma e engolir.
- Obrigado, maninho. – Harry agradeceu olhando fixamente no fundo de seus olhos.
- Porra. – Louis xingou, jogando a cabeça pra trás no encosto do banco e apertando a base do pau, tentando não gozar.
William se ajeitou nos joelhos, mudando pra câmera traseira e gravando a bunda de Harry e a grande mancha molhada que ele deixou nos lençóis. – Fica de quatro, Hazzy. – Espalmou um tapa forte em sua bunda, o fazendo gritar e se colocar de quatro, bunda pra cima e tronco na cama. – Vou foder seu ômega sem camisinha, Louis. O que meu irmão acha disso? – Perguntou com um sorriso ladino, batendo a cabeça do pau no cuzinho, o fazendo contrair implorando pra ser fodido.
- Eu acho uma delícia, maninho. Quero ver ele cheio com a sua porra, escorrendo até as bolas. – Louis disse firme, ouvido Harry gemer alto.
- Mas e se o maninho me engravidar, papai? E se ele colocar filhotes na minha barriguinha? – Harry falou manhoso.
- E desde quando você se importa, bichinho? – Louis disse rude. – Você vai ter os meus filhotes Harry, e se acontecer, terá os de William também. Você é meu brinquedo e eu decido o que acontece com você e com seu corpo, porque tudo em você é minha propriedade.
- Agora cala a boca, bebê. Só quero ouvir você gemendo e gritando. – William disse empurrando o pau pra dentro, entrando no buraquinho devagar, deixando que Louis acompanhasse cada milímetro que ele engolia. – Que buraco bom, Harry. Que porra de buraco bom, nem parece que fica aberto no cacete do seu papai toda noite. – Grunhiu, enrolando a mão nos cabelos dele e estocando até o fundo, sua pelve encostando na borda inchada.
- Maninho! – Harry gemeu gritado, seu rabo ardendo pra se abrir todo. – Meu deus, meu deus! – Choramingou se empinando mais. – Me fode por favor, por favor, Will! – Harry esticou as mãos acima da cabeça apertando os lençóis entre os dedos, revirando os olhos e sentindo seu baixo ventre ardendo em necessidade.
William puxou sua cabeça pra trás, tirando o cacete e empurrando até o fundo, passando a estocar forte, fundo e lento, deixando Harry cada vez mais insano, precisando de mais. Will é diferente do seu papai, ele mete até as bolas, é rude, fazendo seu corpo solavancar pra frente e pra trás, enquanto seu papai era bruto e metia rápido e forte, como se precisasse consumir cada célula de si com urgência. William apreciava o aperto e não dava descanso em sua próstata inchada, tirando seus sentidos enquanto Louis o fazia virar um bichinho mole e desmiolado. Ambos o destruíam, de maneiras diferentes e igualmente boas.
- Caralho. – William rosnou.
- Usa ele pra gozar Will, faça dele seu brinquedo. – Louis Grunhiu irritado quando ouviu as buzinas atrás de si, só então percebendo que finalmente a estrada foi liberada e estava pronto para ir para a casa. – Me deixe ver o rostinho dele. – pediu ajeitando o pau dentro das calças, começando a dirigir novamente.
William apoiou o celular entre o colchão e a cabeceira novamente, deixando na câmera frontal. Apoiou os cotovelos ao lado da cabeça de Harry e gemeu rente a sua orelha, voltando a estocar forte, rebolando os quadris e surrando sua próstata. – Olhe pro seu papai amor. Você não se sente sujo em estar sendo fodido pelo seu maninho enquanto seu papai só assiste? – William provocou, segurando em seu queixo com uma das mãos e levando três dedos pra dentro da sua boca, sentido ele gemendo enquanto babava neles. – Mama meus dedos enquanto seu papai não chega pra te dar mais um cacete, bebê. – Grunhiu beijando sua bochecha, passando a língua por toda ela, olhando diretamente para Louis.
- Eu chego em dez minutos no máximo, e quero você pronto pra me mamar, Harry. Lembre disso, não quero que ouse gozar antes de me ter. – Louis instruiu. – Will, continua usando a boquinha dele, não deixe ela vazia. Enfie até a garganta, não deixe ele se acostumar a não ter nada dentro dela, não quero ter que suportar ele tentando se acostumar. Quero chegar e empurrar até a garganta sem que ele reclame uma vez sequer.
- Não vai ter nenhuma relutância da parte dele, Louis. Eu garanto, estou deixando todos seus buracos bem abertos só pra você chegar e usar. – William sorriu. – Não é, Hazzy? Seu maninho está deixando você muito bem aberto, concorda? – Perguntou inalando o cheiro dele, sentindo-o cada vez mais forte enquanto ele gemia cada vez mais alto, tirando os dedos da boca dele para que ele respondesse.
- Muito aberto maninho, pronto pro papai. – disse com a voz fodida. – Papai, ele é muito bom. – choramingou . – Eu deveria ter vergonha? – fez bico com os olhos marejados, vendo Louis assentir.
- Deveria sim, bichinho. Está gemendo igual uma puta com o cacete do meu irmão no rabo, não acha que deveria se envergonhar por isso? – Louis respondeu falsamente.
- Não quero mais então, não quero mais maninho! Não quero! – brigou, tentando fugir de William, fazendo o pau dele sair de dentro de si.
- Cala a boca, porra! – William tapou a boca dele e o nariz, metendo o pau pra dentro e estocando com raiva, o fazendo gritar abafado contra sua mão e revirar os olhos, molhando toda sua palma com baba e lágrimas gordas. – Mau criado! Eu disse que não quero você me rejeitando, sua puta burra! – William gritava e rosnava contra sua bochecha, fazendo ele delirar em prazer. – Você só serve pra trepar, omegazinho, só pra isso. Como se sente sabendo disso? Só a porra de um buraco mais nada. – disse firme, sentindo o rabo de apertar com força, pulsando e expulsando quantidades absurdas de lubrificação, pingando de tanto tesão. – Você está me sujando todo, Harry, está pingando por mim, como pode dizer que não me quer? Seu rabo está implorando pelo meu pau, coisinha burra.
- Ele é muito idiota quando quer, Will. Acha que pode me enganar, dizer que não me quer quando a bunda vaza tanto que mancha tudo que encosta e o cheiro me deixa enjoado de tão forte. – Louis se divertia vendo Harry chorar compulsivamente. – Quer os dedos dele na sua boca, Harry? – observou Harry assentir desesperado. – Dê à ele. – mandou, vendo William obedecer e passar a estocar os dedos contra a boca babada, o pescoço todo molhado de saliva. – Isso Will, mantenha a nossa puta bem cheia. Já estou chegando.
- Viu, Harry? Seu papai está chegando, amor. Vai ter finalmente dois paus dentro do seu rabo, você quer tanto isso, não quer? – William rosnou, rindo ao vê-lo assentir tão desesperadamente, cuspindo em sua bochecha. Ele tirou os dedos de dentro da boca dele o ouvindo gritar os gemidos, cuspindo três vezes em seus dedos antes de empurrar eles cheio de saliva pra dentro da boca de novo, o sentindo mamar e sugar os dedos como pôde, querendo engolir toda sua saliva. – Você é tão nojento amor. – esfregou o nariz em sua bochecha babada, sentindo o baixo ventre contrair e começando a estocar rápido e forte, sentindo as pernas de Harry tremendo, querendo ceder por tamanha estimulação. – Vou usar você sempre que eu quiser, sabia? Será que seu papai deixa? Posso te usar de brinquedinho, sempre que seu papai estiver trabalhando eu posso te amarrar e te foder, mesmo que você não queira. Amarrado e amordaçado pra não me irritar, vou te abrir com meu pau e gravar, mandar pro seu papai seu rabo sendo fodido, seu rostinho chorando, sua garganta esticada no meu pau, seu cuzinho todo largo e frouxo de tanto ser comido, expulsando minha porra pra fora.
- Vou gostar tanto de ter meu bichinho sempre aberto pra mim, Will. Não vou mais precisar perder tempo abrindo o rabo dele pra usar, vai estar sempre pronto pra me receber, mesmo que você já tenha usado até inchar e ficar dolorido, sei que ele vai aguentar ser usado por mim também. É só pra isso que ele serve, afinal, existindo só pra me fazer gozar. – Louis aprovou com um sorriso no rosto, vendo Harry com os olhos fechados e revirados, apreciando ser tratado e subjugado dessa forma.
- Que ótimo, Lou, prometo que ele vai ser muito bem aproveitado. – William grunhiu, assistindo Louis sair do carro já na garagem. Ele subia as escadas, ainda conectado na chamada. Harry não havia percebido, estava com os olhos fechados mamando os dedos em sua boca e concentrado em não gozar, seu pau estava inchado e as bolas doloridas e roxas, seu cérebro já não passava de uma gelatina. – Olha pra frente, Harry. Olhe seu papai. – William sussurrou, rindo ao ver Harry arregalar os olhos quando percebeu que Louis estava parado na porta do quarto, tirando os dedos de sua boca e o permitindo olhar pra trás.
- Papai! Papai! – Harry o chamou com as mãos, desesperado por ele.
- Oi bichinho. – Louis desligou a chamada, indo até Harry na cama. – Como meu filhotinho está? – ele se abaixou até Harry, beijando seus lábios completamente babados.
Continuação.
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Te ví un 13 de noviembre caminando con tu madre y gritando en mi mente que ahí iba el amor de mi vida.
Un 14 de noviembre recordé que no lo eres porque te ví con ella de la mano y supe que sólo fue una ilusión de mi mente pensar en eso.
—Winter⛈️
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Espacio triste
de pisadas dormidas,
con el fresco cubierto,
que por fin,
ha despertado
a la mañana.
Hoy,
entre el cielo
y el café,
predomina el gris,
en esta tierra
de cuevas,
de montañas
y de playas.
Sobre el asfalto
me ovillo,
al amparo
de una brisa
que hacía tiempo
que no estaba,
escondido
en alguna terraza
acorralada
de aquellos
que se quedan
sin sueños
a la orilla
de la noche,
donde las palomas
besan el cemento
que sostiene
la pereza
con la que se arropa
el final de la semana.
Domingos,
en los que casi siempre
vence la calma
de la que se huye
o a la que se abraza.
Aquí he puesto
a viajar algunas palabras,
les he dado la orden
para que busquen
en el café madrugador
que al verso
ayuda a levantarse
cuando las ganas
de alzarse a la vida
todavía duermen
cubiertos con las llagas
del alma,
sí,
que busquen
aquellas,
que yo,
ya no encuentro,
las que describen
los colores
que me faltan,
y si acaso
no hay forma
de encontrarlas,
que me regale
por lo menos
aquellos trazos
que dibujan
el arcoíris
que despertaba
en aquella cafeína
que bebía de tus ojos,
en ellos,
donde al domingo
le sobraba su calma,
y hasta
con el sábado
rimaba.
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Quem está mais propenso a ter uma esposa troféu?
Então, ressurgindo só para compartilhar um conceito que não sai da minha cabeça. Tudo começou com a ideia de como o Azul seria o homem perfeito para manter uma esposa troféu e terminou nisso por que eu me empolguei, mas nossa, Azul passa a vibe de quem manteria uma esposa troféu. Apenas sim.
Estou com várias outras ideias para escrever sobre Twisted, espero ter animo pra voltar a ser ativa ✨️
Riddle Rosehearts
Vamos lá, pra mim ele está com um pé lá e um cá dentro da lista, então eu vou fundamentar minhas conclusões de por que ele deveria participar me baseando no lado mais desagradável do nosso querido ♡
Riddle até melhorou depois dos eventos do Overblot, mas toda essa rigidez e controle meio que já fazem parte da personalidade dele. Tem coisas na vida das quais você não consegue se livrar assim tão facilmente mesmo com todo esforço do mundo, sem falar em quão confortável e familiar são esses sentimentos evocados pelo controle de uma rotina estrita, controlada e medida.
Em razão disso, Riddle quer uma esposa perfeita, que cumpre os padrões dele e principalmente todas as regras da rainha de copas.
É apenas como a cabeça dele funciona, ele nem chega a pensar, mas inconscientemente seleciona suas pretendentes com base em um padrão muito alto. Você tem que ser perfeita.
Ele não tem pressa, então toma o tempo necessário para encontrar uma esposa adequada. Além disso, ele também é do tipo que tem uma visão bem romântica e busca uma conexão única, então você será sua primeira namorada e única esposa.
Ele tem uma concepção meio conturbada de relacionamentos em geral, já que o da mãe e do pai não é bom. Então ele quer se certificar de escolher bem, para que não tenha um relacionamento cheio de altos e baixos problemáticos como o dos pais.
Agora, com isso em mente, vamos ao ponto principal: Riddle tem essa necessidade interna de ser um exemplo e agora que ele está com você, isso vai se estender a você a ao relacionamento de vocês. Boa sorte.
Ele vai gostar de você, claro, mas o sentimento não foi a única coisa que o levou a escolher você como parceira. Repito. Riddle naturalmente vai considerar se você tem o necessário para ser a esposa perfeita que, acima de tudo, sabe seguir as regras, como ele precisa.
Você nem mesmo podia desconfiar do que estava por vir no início do relacionamento. As bandeiras vermelhas eram ofuscadas pelas ações cavalheiros e românticas de Riddle enquanto ele te cortejava.
Tudo bem que ele te repreendeu por sua postura de camarão na mesa e te proibiu de comer com colher hoje porque é sábado. Ele te levou rosas vermelhas, fez uma reserva para vocês em um lugar maravilhoso e ainda puxou a cadeira para você se sentar e fez questão de ouvir com calma sobre seu dia e pedir atualizações sobre seus últimos empreendimentos.
Ele vai te condicionando aos poucos com essas pequenas repreensões até que você esteja condicionada aos padrões dele. Afinal, o que custa obedecer às regras do seu noivo? Ele já se esforça tanto pra te ver feliz, você não vai o deixar triste, certo?
Apenas sorria e siga as regras enquanto dá tudo de si para não surtar com apego à rotina e organização que Riddle tem e impõe a você.
Ele associa todo esse controle à demonstração de afeto devido ao tipo de criação que teve, então, infelizmente é isso que ele tem para dar a você.
Vai cobrar que você faça um curso, um mestrado, escreva um livro, toque um instrumento... enfim... que tenha hobbies os quais ele considera úteis e dignos e que, acima de tudo, se sobressaiam neles. Seja o exemplo.
Pode parecer um pouco demais, já que Riddle costuma ser exigente, então é um daqueles casos de: "esposa troféu, mas a que custo?" Pelo menos você ainda tem sorte que ele se afastou mais da mãe dele depois de adulto e de iniciar uma família ao seu lado, se vocês fossem vindo da sua sogra, aí sim você conheceria o inferno real.
Deuce Spade
Olha, sei que não existe esposa no troféu pobre, mas vamos lá.
Deuce vai ser um dos caras mais normais da lista, mas sabe aquele caso que o marido vai trabalhar e a mulher pode ficar em casa tranquila como duas da tarde com o ar condicionado ligado enquanto assiste a séries na TV ou tira uma soneca? É por aí.
Não importa se você decidir ficar apenas por conta da casa. Na verdade, ele até gosta bastante desse sentimento de ser a figura "provedora" da família. Válida a masculinidade dele.
Deuce inclusive vai falar aos quatro ventos com muito orgulho que você não precisa trabalhar fora, já que ele ganha suficientemente bem para sustentar vocês dois tranquilamente com o peito inflado de orgulho.
É bem fofo para falar a verdade.
Bom, ainda assim, sabemos que ficar por conta da casa, mesmo não trabalhando fora não é nada fácil, mas saiba que não existe nada que Deus não possa fazer para deixar mais tranquilo e confortável para você.
Então sim, ele ainda vai ter ajuda com todas as tarefas de casa ao máximo que puder. Até porque, ele foi criado pela mãe dele, não saber passar uma vassoura no chão seria uma vergonha, além de motivo suficiente para que sua querida sogra desse uma vassourada no filho.
Deuce cresceu em um lar apenas com a mãe como provedora e vendo ela se desdobrar em vários para dar conta das tarefas de casa, dele e do trabalho fora e não quer que você tenha que passar por isso também, por isso ele se esforça tanto para que você viva confortavelmente. E ele também te ama demais!
Ele não se opõe a você ter um trabalho caso queira, mas prefere que você não se sobrecarregue, e enquanto as contas fossem sendo tranquilamente pagas para que tudo bem continuasse assim. Ele só quer cuidar de você!
Leona Kingschoolar
Ele nunca pensou nisso, para falar a verdade nem mesmo você pensou. Essa é uma das relações mais despreocupadas da lista. Leona não exige muito de você para falar a verdade.
Leona já te respeita e admira o suficiente, além de gostar de te oferecer tudo o que ele pode. Afinal, ele, como príncipe, tem o melhor e quer compartilhar a vida dele com você.
Em todos os sentidos.
Então, quando alguém aponta que você leva uma vida de esposa troféu até te surpreende. Mas fazer o quê? Seu marido é literalmente um príncipe que está na segunda linha de sucessão, mesmo com as mulheres sendo mais ativas em todos os âmbitos, não é como se vocês dois realmente ocupassem algum papel mais importante do que serem os rostos bonitos e jovens da monarquia.
Nesse caso, o estilo de vida dele acaba se estendendo para você e vira algo comum após o casamento.
Acordar tarde, ter o café servido na cama por criados e tudo estar pronto para quando vocês levantarem com tudo do bom e do melhor? Isso não passa de uma segunda-feira normal.
É simplesmente comum ir para academia se exercitar junto com ele às dez da manhã, chegar em casa com um almoço delicioso servido. Passeios e viagens caras fazem parte da rotina e tudo…
Um ou outro dever real aqui e ali em ações sociais, tudo para fortalecer a imagem da monarquia e aproximar os governantes da população, mas não é nenhuma tarefa tão extenuante.
Leona não gosta de aparecer na maioria, para falar a verdade, se não fosse por você fazer tanta questão ele não se daria o trabalho de cogitar ir (ele não fala sobre, mas é óbvio a maneira que ama exibir você por aí, pelo menos em algo na vida ele ganhou, afinal é o dono do seu coraçãozinho perfeito).
E isso acaba fazendo com que o irmão dele e a cunhada gostem bastante de você, desempenhando tão bem seu papel de esposa e mantendo o príncipe mais novo e desinteressado no lugar. Eles não poderiam pedir uma cunhada melhor!
É uma vida de princesa literalmente. Tudo o que você precisa é ser esperta e astuta para socializar por ele, já que, convenhamos, Leona não tem energia para esse tipo de coisa, e faz manter uma imagem boa da realeza nos eventos.
No fundo Leona também gosta bastante da forma como você trabalha tanto pela imagem dele e, principalmente, de poder te exibir por aí em todos esses eventos como o seu troféu particular, tão diligente nos trabalhos reais, inteligente e linda ( repito: é por isso que ele ainda aparece).
Azul Ashengrotto
Esse homem me fez perder o sono pensando sobre como ele escolheria a dedo sua esposa e faria dela um troféu bonito e brilhante na estante para exibir para todo mundo por aí. Convenhamos, que ele passa muito a energia de marido de esposa troféu.
E tudo porque ele simplesmente pode e quer.
Acho que nem mesmo precisava fundamentar isso.
Contudo, não acredito que Azul seria do tipo que se deixa guiar pela emoção nesse caso. Diferentemente de Riddle, ele não considerou nenhum sentimento aqui, apenas analisou a compatibilidade de vocês e deixou que isso determinasse se a empreitada poderia funcionar ou não.
Ah, ele também considerou os interesses comuns. Pois isso é a base de um bom contrato!
Ele já está na idade onde é socialmente bem visto que seja pactuado o casamento e você, bom, você estava pode estar a procura de um marido romântico, expansão de influência ou só dinheiro e uma vida confortável, Azul não vai julgar.
Ele também vai te oferecer um contrato, queira você sim queira você não. É inegociável.
Mas não se preocupe! Ele pegou leve dessa vez… apenas é bom tomar cuidado com as letras miúdas e pedir para que ele retire as cláusulas vagas (se puder, contrate um bom advogado).
Azu busca esse tipo de relação pois a imagem é um elemento muito importante para ele, afinal, é ela que sempre define qual a primeira impressão que as pessoas têm de você.
Em consequência a isso, ele realmente preza muito pela forma com a qual é visto e isso sem dúvidas se estende a você. Afinal, você está com ele, não está?
Azul vai te escolher especificamente como parceira para desempenhar com maestria o papel de esposa, mas não se preocupe não será perfeita no início. Uma vez que o acordo foi firmado, pode ter certeza que ele não terá dó de investir em você.
Afinal, como o homem de negócio que ele é, sabe como conduzir uma empreitada de sucesso e vai fazer facilmente com que você esteja à altura, novamente, ele não se importa com um pouco de trabalho duro.
Ele faz tudo isso para poder auto afirmar a própria imagem diante das outras pessoas, seu trabalho consiste em fazer um bom complemento visual a ele e inflar seu ego (é lógico para mimar e dar carinho também, pois ele é um grande querido e isso também consta no contrato).
Como esposa desse tritão, você consegue tudo o que se tem direito vindo desse contrato matrimonial, os ônus e bônus.
Apenas imagine, jantares em lugares exorbitantemente caros com a nata da nata do Twisted Wonderland, apenas os melhores presentes e as melhores joias, mas não ache que tudo se resume a dinheiro.
Azul nunca, eu disse nunca, vai se esquecer de um aniversário ou data importante sequer. E nem deixar de notar qualquer incômodo ou descontentamento que você demonstrar, ele é prestativo e carinhoso e estudou muito para ser o seu marido perfeito! ( boa sorte para não se apaixonar, o amor pode atrapalhar os negócios 👀).
Para Azul, não basta passar a imagem de relacionamento perfeito. Ele TEM que ser perfeito, tem que causar inveja e cobiça para qualquer um que olhar para ele segurando sua mão no raio de 1 quilômetro. O negócio dele é sobre isso, a inveja incita o coração das pessoas a revelarem seus desejos mais profundos, e ele, como a alma generosa que é, faz questão de atender. Por um preço, claro.
E falando em coração, esse homem vai atender a todos os seus desejos simplesmente porque ele pode fazer isso e porque ele te aprecia demais, e quando falo todos, são todos mesmo, até mesmo os mais sombrios.
Mas não ache que tudo são flores, Azul vai querer algo em troca, afinal, o contrato sempre tem de beneficiar ambas as partes, não é? Azul é bem astuto nesse quesito. Infelizmente, apenas seu amor não é suficiente, mas não se preocupe ainda, ele foi muito gentil com você.
Agora não ache que você vai poder passar o dia de perna para cima e ser uma pessoa sem conteúdo. Esse homem vai te colocar para estudar e se informar. Novamente, dinheiro não é problema, pois ele considera tudo como um grande investimento e seus resultados farão valer a pena cada centavo investido.
Então se esforce para cumprir com sua parte do contrato se ainda quiser permanecer nesse relacionamento e ser tratada como uma verdadeira princesa.
Azul ama exibir você em todo e qualquer lugar onde vocês estejam. A sua beleza estonteantemente, educação, inteligência e gentileza encantam a todos e isso faz uma ótima massagem no ego do seu marido. Não poderia ser diferente.
E sim, isso vai virar uma fanfic. Beijos.
Kalim Al-Asim
Então. Kalim. Vai me dizer que você também não acha?
Mas ao contrário dos outros que tomam essa decisão de forma premeditada, as coisas com Kalim são simplesmente pela diversão e acontecem de uma forma um tanto específica.
Vamos elaborar. Eu pensei todo um contexto pra isso, mas você não será a esposa dele. Sinto muito.
Obviamente a mão do príncipe está reservada para uma união mais estratégica, então ele está destinado a se casar a filha de uma figura política importante ou alguma família podre de rica como a dele.
Mas tudo bem, quem quer ter o papel principal, não é mesmo? Ter que enfrentar toda aquela politicagem e ainda trabalhar duro com administração, ajudando Kalim e sofrendo sobrecarregada junto com Jamil… sem falar em toda a responsabilidade…
Não, isso não.
Por outro lado, como concubina oficial do príncipe a vida é bem mais simples e fácil!
Lembra que ele tem mais de 30 irmãos? Só pensa em quantas mulheres o pai desse menino tem. Essa poligamia é uma coisa cultural e ele não está por fora disso.
Apenas imagine, você foi praticamente criada aguardando o dia no qual o príncipe escolherá sua primeira concubina do harém.
Então, surpreendente, no dia do grande evento do 16° aniversário de Kalim, bem quando você e mais um bando de garotas tão enfeitadas quanto um bando de pavões, estão paradas em fila para a avaliação dos olhos curiosos do príncipe, ele para na sua frente com um sorriso brilhante e animado, apontando em sua direção.
“Eu quero que seja ela” - ele diz, acenando para você.
Você mal pode registrar as palavras que saíram da boca do filho mais velho da família Al-Asim. ele não tem noção de como mudou sua vida naquela hora, afinal, ele te escolheu para ser sua primeira.
A partir de agora, pelos próximos dois anos, sua vida é um sonho. O maior quarto, as melhores roupas, perfumes e as mais belas joias, além de receber serviços... e depois que a relação toma uma forma oficial tudo ainda melhora.
A vida é realmente muito boa e glamourosa, um pouco chata as vezes, mas as coisas ficam animadas quando Kalim está no Palácio, nesses dias você sempre o acompanha nos banquetes, pairando ao seu lado como um enfeite bonito assim como as outras mulheres que exercem um papel similar ao seu.
Sempre se esforçando para entrete-lo ao final desses eventos, mas cumprir seus deveres não é nem de longe um fardo.
Kalim adora sua presença e companhia é sempre acaba irritantemente te exibindo por aí nessas ocasiões, não é intencional, claro.
Mas ele é sempre tão doce e atencioso! O seu príncipe é engraçado e divertido, um rapaz meigo e brilhante.
Esse fato demonstra uma grande surpresa, afinal, você não esperava que o príncipe a quem você deveria servir e entreter como amante viesse a se tornar o seu melhor amigo.
Tudo isso apenas te dá vontade de espelhar todo esse carinho e vocês se tornam aquele tipo de casal que exibe o amor para as outras pessoas e faz com que elas vomitem.
O pai dele acha graça e fica nostálgico, sempre dizendo que são coisas da juventude. Mal sabe ele que o filho está perdidamente apaixonado (isso tem potencial para se tornar um problema, mas não falaremos sobre.).
Aguardem fanfic sobre esse conceito também 👀
Voltando ao assunto… Kalim faz questão de te mimar de todas as formas que pode, ele já é bem generoso com todas as pessoas a sua volta, com você isso é ainda pior.
Se você olhar para alguma coisa por mais de 3 segundos ele faz questão de deixar pelo menos uns 20 exemplares no seu quarto.
Gostou de um prato novo? Jamil (coitado do Jamil, ele quem sofre com tudo) e os chefes estão preparando um banquete inteiro só para você aproveitar!
Ele também ama te levar para passar com o tapete nos momentos mais inesperados e te mostrar o céu estrelado, a cidade e tudo o que você tenha vontade.
Kalim apenas gosta muito de você e quer te ver feliz!
Malleus Draconia
Faço apenas uma menção honrosa a nosso querido chifrudinho, pois não vi o capítulo sete ainda e acho que ele se enquadra na lista.
Talvez depois de ler o capítulo eu volte para elaborar mais ou me reiterar fundamentando melhor!
A próxima lista vai ser dos garotos que iriam adorar ser um marido troféu, aguardem.
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Espero te encontrar
Espero te encontrar daqui há dez anos ou menos, onde estaremos mais maduros e com um olhar cheio de certezas sem o medo estar presente em nossas pupilas. Espero te encontrar em uma mesa de café despretensioso mexendo no celular ou apenas lendo um jornal com data antiga, onde eu passaria de propósito e diria “oi, tudo bem? Há quanto tempo” ou apenas ficaria te olhando sentada na mesa ao fundo do estabelecimentos. espero te encontrar em uma festa dos nossos amigos em comum e apenas ficar nos olhando se questionando em como anda a vida de nós dois depois de tanto tempo. espero te encontrar em um sábado de manhã fazendo uma caminha e tomando uma água de coco sem se preocupar como o dia irá terminar.
Espero te encontrar depois de muito tempo pra saber se o meu coração ainda acelera ao te ver ou se meus olhos ardem com a vontade absurda de chorar por conta da saudade acumulada e de uma vida que não conseguimos viver. espero te encontrar na feira em um domingo de manhã comendo pastel e tomando caldo de cada pensando que essa era a nossa programação favorita de final de semana. espero tantas coisas do tempo que fico aguardando os anos passarem para podermos nos encontrar já que nessa vida não é possível. espero que tempo dessa vez seja nosso amigo e nos deixe a sós para colocarmos o nosso papo em dia ou dar continuidade na nossa história triste e caótica.
Espero te encontrar em qualquer lugar desse mundo onde você esteja andando sozinho analisando a sua vida e olhando para o céu pensando nos problemas a serem resolvidos e nas emoções que estão a flor da pele e tem que controla-las de alguma forma. espero estar atrás de você sozinha apenas te observando de longe tendo a coragem de sair correndo, respirando ofegante e se aproximando de você com a intenção de segurar a sua mão, ver sua cara de surpresa e assustado mais com um sorriso no rosto e neste exato momento olharia pra você e diria “esperei a tanto tempo para te encontrar para podermos viver a nossa história, criei coragem para me aproximar e dizer essas palavras que guardei apenas pra mim, te amei por todos esses anos e quero poder te amar mais mil anos, me dê a mão e vamos escrever nossa nova história já que não tivemos tempo anos atrás, venha meu amor, venha andar comigo e viver comigo” e nada seria mais belo recuperar o tempo perdido com você.
Elle Alber
#usem a tag espalhepoesias em suas autorias 🌈#espalhepoesias#lardepoetas#escritos#versoefrente#pequenosescritores#pequenospoetas#pequenos textos#pequenosautores#autorias#pequenosversos#lardospoetas#pequenasescritoras
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Eu meio que fiz algo..
Eu espero que no mínimo eu pegue uma intoxicação alimentar (quase impossível de acontecer, mas não custa sonhar).
Meu peso na balança subiu MUITO, mas no fundo eu não estou tão desesperada e, eu sei exatamente o motivo por eu não me desesperar, dá mesma forma que eu ganho peso eu consigo perder, basta eu me esforçar e fechar a boca.
Eu estraguei tudo por um prazer momentâneo, um prazer que destrói meu corpo e minha autoestima.
Fiz as contas e se eu perder 2kg em quatro dias vou fechar o mês com 52kg, então basicamente vou ter que eliminar 6kg até o dia 30. Eu tenho uma noção de quanto eu vou perder graças a um nf de 100h que eu fiz, nele eu perdi 2kg, então isso me ajuda a deixar programado o tanto que eu vou eliminar.
(eu tava com 55kg antes do descontrole)
Vou ficar em jejum até eu não aguentar mais, me entupir de laxantes e abusar dos exercícios. Se eu consegui estragar com tudo sem reclamar eu tenho que consertar calada.
Alguma das coisas que eu comi hoje:
10 bolinhas de queijo.
1 donut 🍩 (era igual esse)
2 barras de chocolate, uma de 77g outra de 90g.
1 miojo (sim, comi o miojo depois de meses, e não foi tão gostoso quanto imaginei)
1 pringles 104g
3 ovos com pão
Vários pães de mel (38kcal cada) o que me impressionou um pouco.
Comi alface e tomate também, mas nem vale a pena contar as calorias desses alimentos que não passaram de 30kcal comparado aos outros, né.
Eu não tô nem com coragem de olhar pro meu corpo depois disso, sério.
Cedo quando eu cheguei em casa depois de ter tirado sangue (e depois de ter comido as bolinhas de queijo e o donut) eu vomitei pra caralho, fiquei com muita ânsia por ter comido aquelas porcarias.
Acho que só vou me sentir minimamente bem sábado/domingo, porque até lá vou ter desinchado um pouco.
Quando eu tenho compulsão eu fico muito triste e sem ânimo pra bosta nenhuma, mas dessa vez vou me forçar a me movimentar, eu quero ficar louca pra queimar essas kcal. 😭
Eu sinto vergonha por ter feito isso, o espírito de gorda ainda habita em mim e eu tenho que matá-la.
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El desastre que me gusta
No sé si te ha tocado salir con una chica toda desmadrada. Una bonita, con el rostro como de un ángel, y con una sonrisa que te hace perder la noción del tiempo, pero que siempre trae algo triste en los ojos, como una profunda herida que por más que uno quiere sanar para que se cicatrice termina por sentirse igual de desmadrado que ella. Yo no era así, te juro que yo andaba de buen humor todo el rato. Mis compas siempre querían venir a mi casa porque yo sacaba la guitarra y ponía en ambiente.
Desde que salí con ella las cosas cambiaron repentinamente. Mira, yo iba a su casa, le dejaba cartas, le escribía poemas, incluso, entre pregunta y pregunta, di con sus flores favoritas. Y aunque estoy seguro de que era noble mi insistencia, resulta egoísta pensar que uno es el sueño del otro, que uno puede devolver el brillo a unas pupilas, cambiarle las horas de lágrimas en su cuarto con una caminata con bromas por el parque. Uno es demasiado idealista, cuando las posibilidades son pocas no queda de otra.
⸻Vete ⸻me decía⸻, no te convengo, tengo que arreglar mis pedos, no debes andar con una chica como yo, tengo un caos en la cabeza y no te mereces esto, ¿por qué no te consigues una bonita que le guste salir y se arregle para ti? Yo no tengo nada para ti, estoy marchita, me pudro en mi propia mierda.
Otros días como que se le pasaba, andaba de un humor irreconocible, hacíamos planes para ir a la playa o comprar una combi para hacerla una cafetería y llevarla por distintos pueblitos. Me invitaba a comer a su casa. Cocinaba. Aunque no le quedaba muy bien nada de lo que preparaba, yo comía muy contento porque el hecho de que se diera unos minutos de su celoso tiempo para cocinarme me llenaba el estómago de bichos voladores.
Por lo general así era de lunes a jueves, cuando llegaban los viernes y sábados ya no contestaba mis mensajes. Lo sé, tenía que trabajar, era cantante de bares, le pagaban bien; pero se me hacía injusto, ¿no te parece? Que yo estuviera toda la semana ahí preguntando cómo estaba, escribiéndole cartas, tratando de aportar un poco con mi ánimo a que floreciera tantito su felicidad y que ella sólo se acordara de mí el domingo por la noche, cuando regresaba a su departamento y se sentía sola y me escribía para decirme si no quería salir a caminar. Y yo de pendejo dejaba la carne asada en casa de mis papás y me iba caminando hasta su casa porque no tenía dinero para los taxis.
No me quedaba muy lejos, eran unas veinte calles y dos avenidas las que caminaba. Cuando llegaba yo estaba sudado, ella fresca, oliendo a carolina herrera, para que solamente me viera quince minutos y me dijera que se tenía que dormir porque al día siguiente tenía clases muy temprano. Entonces, si estaba tan mal ¿por qué quería que continuara ahí? ¿Le servía de consuelo?
Una tarde hacía mucho calor y bebía yo con ella una caguama en su casa; ella la invitó, yo no llevaba dinero, casi nunca tenía; tal vez por eso nunca la convencí, no tenía nada que ofrecerle, no tenía trabajo, solamente escribía cosas que le gustaban a mucha gente, pero en realidad estaba muy jodido. Tal vez no avanzamos más en la relación porque las buenas intenciones y la insistencia no bastan, hay que tener unos pesos en la bolsa de perdido para unos tacos. No hay justificante para mi mediocre actitud para disponer de dinero. Nos bebimos las caguamas y me miró en un tono extraño.
-No sé para qué vienes a buscarme, yo soy libre, soy una canción en movimiento, no estoy hecha para nadie, soy de la luna, soy inspiración, no puedo anclarme a nadie, no ahora, no con mis sueños.
La miré, era bajita, me llegaba a los hombros, la miré como quien sabe que es la última oportunidad para besar a alguien y ella se volteó, se levantó del suelo, tiró el envase con una patada involuntaria. La cerveza se regó en el piso, fue la señal perfecta de que todo se estaba yendo a la verga y no se podía hacer nada para evitarlo.
Me acompañó hasta la puerta. Le quería decir que me quería quedar, que estaría ahí para ella, que sería un mejor ser humano, que tendría dinero un día de éstos y le compraría flores y la llevaría a cenar a uno de esos lugares donde dos personas pueden fantasear con enamorarse. Sin embargo, no miré hacia atrás y me fui.
Una semana después salí a la Ciudad de México y en el departamento de una amiga, mientras me bebía una cerveza, abrí el facebook. Una lágrima resbaló hasta mis labios y un dolor en el pecho me congeló: su situación sentimental había cambiado a "una relación".
El hombre del telescopio, Quetzal Noah
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